El código Morse, aunque de origen remoto, demostró ser una herramienta vital incluso en el siglo XXI.
Un rescate en Argentina gracias a un S.O.S. en Morse reaviva su vigencia. Historia, usos y cómo aprenderlo.
El código Morse, aunque de origen remoto, demostró ser una herramienta vital incluso en el siglo XXI.
Días atrás, el rescate de una mujer de 79 años en Villa Gesell sorprendió a Argentina: atrapada bajo los escombros de un derrumbe, fue capaz de emitir un mensaje de S.O.S. en código Morse, que los bomberos lograron captar, guiando el salvamento.
Desde su recuperación en el hospital, la mujer declaró que "todos deberíamos conocer el código Morse".
Este episodio trae al presente un sistema de comunicación que, aunque parece relegado a tiempos pasados, sigue siendo relevante.
El código Morse fue desarrollado en el siglo XIX por Samuel Morse y Alfred Vail para transmitir mensajes a largas distancias mediante pulsos eléctricos en una línea telegráfica. El sistema asigna una secuencia de puntos y rayas (golpes cortos y largos) a cada letra del alfabeto y a los números, permitiendo enviar palabras, frases y códigos de emergencia como el famoso S.O.S.
El sistema cobró notoriedad durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fue ampliamente utilizado por las fuerzas armadas para transmitir mensajes de forma rápida y segura.
Su flexibilidad le permitió adaptarse a distintos medios, desde señales de luz hasta sonidos en radiofrecuencia. Gracias a su simplicidad, el código fue adoptado en muchos países y se convirtió en un idioma universal para emergencias y comunicaciones militares.
Durante décadas, las telecomunicaciones modernas parecieron hacer innecesario el conocimiento de Morse. Sin embargo, en situaciones extremas, el código sigue siendo una opción de última instancia.
Por ejemplo, en 1969, astronautas de la misión Apolo 11 tenían como último recurso el uso de señales en Morse para comunicarse con la Tierra en caso de una falla de transmisión. El reciente caso en Villa Gesell nos recuerda que, en emergencias, contar con conocimientos básicos de este sistema puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Aprender el código Morse no requiere equipo especializado. Cada letra tiene una representación única en puntos y rayas; por ejemplo, la "A" es un punto seguido de una raya, y la "S" en el código S.O.S. consiste en tres puntos.
Además, existen aplicaciones móviles y recursos online, incluso juegos y hasta traductores en línea que enseñan a decodificar y enviar mensajes en Morse, permitiendo a cualquier persona aprenderlo con práctica y dedicación.
Con el avance de la tecnología, las posibilidades de que se necesite Morse parecen reducidas, pero este caso en Villa Gesell muestra que puede ser una herramienta salvadora.
Conocer el alfabeto y ser capaz de transmitir un S.O.S. podría marcar la diferencia en momentos críticos. Como dijo la señora rescatada entre los escombros del hotel Dubrovnik, todos deberíamos conocer el código Morse.
"Todo el mundo tiene que saber código Morse, hay universitarios que no saben ni lo que es, y te puede salvar la vida". María Josefa Bonazza, sobreviviente del derrumbe del Hotel Dubrovnik en Villa Gesell.
Si bien existen combinaciones para los signos de puntución, matemáticos, etcétera, este es el alfabeto básico en código Morse que todos deberíamos conocer: