La crecida del río Iguazú está daños en el área de las Cataratas, provincia de Misiones, y forzó a las autoridades del Parque Nacional Iguazú a restringir totalmente el acceso al atractivo turístico, que permanece cerrado por 48 horas.
Surge preguntarse si el impacto en materia económica será positivo, entendiendo que se viene de una bajante histórica que generó pérdidas millonarias ante la menor actividad y carga de buques en los puertos de la región.
La crecida del río Iguazú está daños en el área de las Cataratas, provincia de Misiones, y forzó a las autoridades del Parque Nacional Iguazú a restringir totalmente el acceso al atractivo turístico, que permanece cerrado por 48 horas.
Ante este escenario, se espera que los niveles de agua superen el nivel de altura actual, sobre todo en el río Paraná. Tal y como habían previsto los especialistas, el fenómeno de El Niño llegó a la región y se hace notar con la crecida del río Iguazú y las intensas lluvias que se registraron en los últimos días ponen en alerta al litoral santafesino.
En este sentido, con un incremento de la altura del agua, surge preguntarse si el impacto en materia económica será positivo, entendiendo que se viene de una bajante histórica que generó pérdidas millonarias ante la menor actividad y carga de buques en los puertos de la región.
El Litoral consultó a Alfredo Sese, Secretario Técnico de la Comisión de Transporte Bolsa de Comercio Rosario (BCR), acerca de qué análisis vienen realizando ante el aviso del Instituto Nacional del Agua (INA) sobre la crecida del río que se avecina.
“Para el transporte de cargas por buque el impacto no va a ser significativo, no hay nada distinto para mencionar. Mientras el nivel del río esté por encima de lo que podríamos llamar la media, va a permitir que los buques puedan seguir saliendo con 34 pies”.
“Se trata de unos centímetros más, pero no es algo que pueda tener un impacto en el sistema, por lo menos en el corto plazo”, agregó.
Con relación al mediano plazo, Sese dijo que habrá que ver de qué manera “influye en la sedimentación del río y en los costos de drago, pero para ello falta y dependerá de varios factores que habrá que analizar en su momento”.
Actualmente, “estamos con aguas medias” en el río Paraná y la actividad comercial y de tránsito de buques “está más baja de lo normal, pero por baja actividad de la producción agrícola”.
Sobre si mejoró la situación en comparación con el 2022, tras la sequía histórica que sufrió el río Paraná, el referente de la BCR afirmó que “las mejoras son puntuales y poco significativas para el calado de despacho”, por lo que “se cerrará mejor que el año pasado”, pero no de manera contundente.
Desde el Instituto Nacional del Agua (INA) señalaron que el río Paraná experimentara una crecida de gran magnitud. Sin embargo, desde Protección Civil de la provincia entienden que la crecida no generará problemas de desbordes.
En Rosario, se espera que a mediados de noviembre se registre el pico de altura del agua, según el INA, porque entienden que “se va a formar una onda (hidríca) que viajará hacia Rosario relativamente rápido”.
Y precisaron que “de los 2,85 de lectura que tenemos hoy en el Puerto, que ya se consideran como aguas medias, el 18 de noviembre tendría que estar por encima de los cuatro metros, o quizás cerca de los 4,80 metros”.
El INA adelantó que todo el Delta está pendiente de a cuánto llega el Paraná en Rosario. Y hay muchas actividades que se pueden ver alterada por la creciente, especialmente, la actividad ganadera de la isla o el manejo de hacienda en islas.
En los próximos días se espera tener un caudal del orden de los 35 mil metros cúbicos por segundo, por eso adelanta que el efecto máximo de esta onda lo tendremos alrededor del 18 de noviembre.
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