En lo que un lector tarda en leer esta frase, se han producido 65 nacimientos en el mundo. En ese mismo tiempo, 32 personas habrán fallecido. Eso supone un crecimiento poblacional de 33 humanos más en una oración de unos 15 segundos. Y así, a razón de 70 millones personas adicionales al año, la humanidad alcanza este 15 de noviembre de 2022 un total de 8.000 millones de almas sobre el planeta. Según los datos de la ONU, el 80% de este incremento demográfico se da en los países en desarrollo. La causa principal es que es donde las mujeres carecen en mayor medida de servicios de planificación familiar y, en la práctica, no tienen poder de decisión sobre si tener hijos, cuándo ni cuántos.
Las consecuencias de este crecimiento, advierten los expertos, pueden ser devastadoras si no se satisfacen las necesidades básicas de todos los que estamos y los que vendrán; teniendo en cuenta a la vez los perjuicios al medio ambiente. La ONU ha planteado esta fecha como una “oportunidad” para atraer la atención ante el reto demográfico. Evita calificar el rápido crecimiento poblacional de problema, pero subraya que pone en riesgo el desarrollo sostenible y coloca en el centro del debate la igualdad de género. “Los 46 países menos adelantados se encuentran entre los de más rápido crecimiento del mundo. Se prevé que muchos de ellos dupliquen su población entre 2022 y 2050, lo que supondrá una presión adicional sobre los recursos y un reto para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, advierten los autores del último informe del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
“Mucha gente vive en la pobreza, no tiene trabajo ni seguridad alimentaria, y ahora nacen más personas. Eso aumenta el desafío de satisfacer las necesidades básicas de todos”, analiza Michael Herrmann, asesor de economía y demografía en UNFPA. Para conseguirlo, añade el experto, aumentará el consumo, lo que requerirá un incremento de la producción. “Con el modelo actual, eso tendrá un enorme y dramático impacto medioambiental”. Pero no hacerlo implicará más conflictos y migraciones masivas, sostiene.
La familia humana tardó 125 años en pasar de mil a dos mil millones. En 1952, hace 70 años, el planeta era ya habitado por 2.500 millones de personas. Desde entonces, la especie no ha dejado de multiplicarse y cada vez lo hace más aceleradamente. Los últimos 1.000 millones adicionales se han sumado en solo 12 años. India fue el que más contribuyó, y superará a China como país más poblado en 2023, a pesar de que este ocupa la segunda posición en términos de incremento, seguido de Nigeria. Se espera que los siguientes mil millones tarden aproximadamente 14,5 años (2037). Y más de la mitad del incremento hasta 2050 se concentrará en ocho naciones: la República Democrática del Congo, Egipto, Etiopía, India, Nigeria, Pakistán, Filipinas y Tanzania.
Más salud sexual y reproductiva
Para afrontar lo que la ONU califica de reto o transición demográfica, no bastará con inventos productivos ecológicos, sino que se tiene que estabilizar el crecimiento poblacional. El boom de las últimas décadas se explica parcialmente por el aumento de la esperanza de vida (nueve años más que en 1990), que tiene que ver con mejores condiciones sanitarias y de desarrollo en el Sur Global, así como la efectividad de los programas contra la mortalidad materna e infantil en las últimas décadas.
La otra cara es la de la desigualdad de género global, que se traduce en pocas o nulas opciones de elección por parte de las mujeres a la hora de decidir sobre la maternidad: 121 millones de mujeres al año no querían ni planeaban tener esos hijos: 257 millones de mujeres que quieren evitar un embarazo no utilizan métodos anticonceptivos modernos y seguros por falta de acceso. Casi una cuarta parte de la población femenina del mundo no tiene ni la opción de decir no a las relaciones sexuales. Ante estas trabas para ejercer el control de sus propios cuerpos y la maternidad, el 60% de los embarazos no deseados acaban en abortos, de los que casi la mitad son inseguros.
Mirá tambiénEstiman que la población mundial llegue a 8000 millones de personas en noviembreLa falta de poder de decisión para evitar tener hijos es una violación de los derechos humanos de las mujeres, como lo es el control de la fertilidad (prohibirles tenerlos) para frenar la explosión demográfica, sentencia Herrmann. La respuesta respetuosa para reducir la tasa de natalidad en los países donde es elevada es facilitar servicios de planificación familiar, salud sexual y reproductiva, que las mujeres necesitan.
Los datos confirman que globalmente las tasa de fertilidad está bajando, sin embargo, la población sigue aumentando pues, con 2,3 nacidos vivos por mujer, todavía se supera la llamada tasa de reposición (2,1 hijos por mujer), con la que la humanidad se mantendría en un número estable. “Al ver las cifras, puede haber quien piense que los programas de salud sexual y reproductiva no sirven, pero sí funcionan”, asegura el demógrafo de UNFPA. África tiene el mayor porcentaje de crecimiento demográfico del mundo –un 2,5% anual– debido a su elevada fertilidad. La región subsahariana, donde se espera que la población se duplique para 2050, los nacimientos por mujer han descendido de 6,5 a 4,7 en los últimos 30 años. Una bajada, pero todavía muy por encima de la media.
Dos tercios de la población mundial vive, no obstante, en un país o zona donde la fecundidad es inferior a 2,1 nacimientos por mujer, principalmente en territorios desarrollados. De tal modo que la población global seguirá creciendo, impulsada por las elevadas tasas de Asia y África, pero a un menor ritmo. En 2080 se alcanzará un pico de 10.400 millones de personas, calcula la ONU. Una cantidad que se mantendrá estable hasta 2100.
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