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La Madre Catalina de María Rodríguez será declarada beata mañana durante una ceremonia en la ciudad de Córdoba, que estará presidida por el enviado del papa Francisco, obispo diácono Angelo Amato.
El arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, que será el anfitrión de la ceremonia, aseguró que con la beatificación de la Madre Catalina "el señor nos regala una gracia en Córdoba, de tener un modelo más, de tener una intercesora".
Ñañez destacó que la Madre Catalina "formará parte de ese jardín del siglo XIX que hermoseó Córdoba junto a personas destacadísimas, como el Santo Cura Brochero entre otros, toda una serie de personas increíbles e íntimamente ligadas entre sí".
La ceremonia central de beatificación comenzará a las 10 en el predio del Centro Cívico del Bicentenario Brigadier General Juan Bautista Bustos, donde funcionan las dependencias de Casa de Gobierno de la provincia y en donde desde hace más de una semana se trabaja en el armado del escenario central. "Me parece que el mensaje de este jardín del siglo XIX, para nosotros que estamos en el siglo XXI, es el de un llamado a revivir nuestra vocación a la santidad, vocación que tenemos desde el día de nuestro bautismo".
Por su parte la superior de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, la Madre María Silvia Fiorentino, dijo que es un momento histórico y consideró que las personas "no nacen santas sino que se hacen santas y lo hacen a través de toda su vida". Manifestó que la Madre Catalina "tiene una característica que quizás en otras religiosas no se pueden tocar de cerca, vivió más como laica que como consagrada". "Fue una laica comprometida a tal punto que se encontró en la época de la peste con otros dos grandes y buenos santos de nuestra Patria como José Gabriel Brochero y ahora la Madre Tránsito", completó Fiorentino.
Ñañez también pidió a la Madre Catalina por los 44 integrantes de la tripulación del submarino ARA San Juan y por sus familiares que viven la angustia de no tener novedades desde hace nueve días.
En igual sentido se expresó el representante del Papa Francisco, Obispo Diácono, Angelo Amato, quién arribó este mediodía a la ciudad de Córdoba y mañana presidirá la celebración religiosa de beatificación de Catalina de María Rodríguez, la cordobesa fundadora de la congregación de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús.
La ceremonia central de beatificación comenzará a las 10 en el predio del Centro Cívico del Bicentenario Brigadier General Juan Bautista Bustos, donde funcionan las dependencias de Casa de Gobierno de la provincia y en donde desde hace más de una semana se trabaja en el armado del escenario central.
En la capital cordobesa se espera la presencia de miles de fieles de todo el país y extranjeros que desean ser partícipes de un "hecho histórico para Córdoba, el país y el mundo".
Josefa Saturnina Rodríguez de Zavalía, posteriormente Madre Catalina de María, nació en la ciudad de Córdoba el 27 de noviembre de 1823, donde hoy funciona la congregación local en el barrio General Paz, y falleció el 5 de abril de 1896. Recibió la educación rudimentaria que recibía la mujer de la época y a los 17 años hizo sus primeros Ejercicios Espirituales. Allí descubre su vocación de consagrar su vida a Dios.
A los 29 años se casa, tiene una hija y enviuda. A partir de entonces forma una comunidad de Señoras al servicio de las mujeres más vulnerables para catequizarlas, enseñarles a trabajar y vivir con ellas.
El proceso de beatificación comenzó el 16 de agosto de 2012, a partir de las pruebas del milagro de interceder en la sanación de la docente tucumana de 60 años, Sofía Acosta, el 22 de abril de 1997 en Tucumán. Esa intercesión fue corroborada por el Vaticano mediante decreto papal el 4 de mayo de este año.
De acuerdo a los datos de la causa de beatificación, Acosta había sufrido una muerte súbita. En un clínica se realizaron varias maniobras de reanimación sin resultados, por lo tanto los médicos declaran oficialmente la muerte biológica de la mujer. Los familiares, mientras, le pedían a la Madre Catalina por su vida; a los pocos minutos, la mujer pudo recuperar la actividad cardíaca. Hoy Sofía está con vida y a punto de cumplir 80 años.