“El Abuelo del Frío” reparte regalos en Rusia y otros países del Este, en la Noche de Año Nuevo (la Navidad ortodoxa es el 7 de enero). Aquellos niños que le canten o reciten un poema se llevarán un obsequio, entregado por su nieta Snegúrochka, la Doncella de la Nieve.
Para los rusos y otros países del Este, el Año Nuevo es la festividad más importante del año, y no tanto la Navidad como suele suceder en la mayor cantidad de países occidentales. Aunque Pedro el Grande en el siglo XVII había introducido la costumbre de celebrar la Navidad el 25 de diciembre, con la llegada al poder de los bolcheviques tras la Revolución de 1917, esta celebración quedó abolida. En su lugar se comenzó paulatinamente a conceder más importancia a los festejos de Año Nuevo.
Hoy la Navidad se celebra, pero después de Año Nuevo: de acuerdo al calendario juliano utilizado por la Iglesia Ortodoxa, la fiesta de la Natividad cae el 7 de enero (aunque por esas cosas de la globalización, el 25 ya empieza la semana festiva).
Es en la noche del 31 que a Rusia y otros países de su esfera de influencia histórica llega Ded Moroz. “El Abuelo del Frío”, o según algunas versiones “El Abuelo de la Nieve” (literalmente: Ded, “abuelo”, y Moroz, “helada”). Algunos prefieren hablar de una versión de Santa Claus, aunque esto no sea del todo exacto.
El antecedente del actual Ded Moroz lo encontramos en la antigua mitología eslava oriental. Ded Moroz personificaba una fuerza de la naturaleza durante la era precristiana para los eslavos orientales. Aparece en la forma de un anciano, con una larga barba gris, que se pasea a través de los bosques y campos, dando golpes con su Posoh (vara mágica) causando fuertes heladas. El prototipo para Ded Moroz es una deidad eslava, el Señor del invierno, el frío y las heladas. Según una de las versiones, Moroz es el hijo de los dioses Veles y Mara.
Aunque en un principio la celebración de las festividades tradicionales fue prohibida con la fundación del Estado soviético tras la Revolución rusa, esta recobró su importancia ya en época de Lenin, aplicando los bolcheviques una estrategia de asimilación de las tradiciones religiosas ortodoxas rusas a la idiosincrasia del Estado socialista.
Bella asistente
Mientras Santa Claus (o Papá Noel, o el Viejito Pascuero para los chilenos), moviliza su trineo por medio de un equipo de renos, el trineo de Ded Moroz se mueve gracias a tres caballos, por eso en realidad, más que de trineo tendríamos que hablar de una “troika”. Aunque también puede observarse muchas veces a Ded Moroz viajar a pie.
Lleva en sus manos una vara que puede ser de cristal o plata, con la que congela a los malvados y descongela a la gente noble. Reparte los regalos coincidiendo con el Año Nuevo: llama a la puerta con su vara e irrumpe en la cena familiar pidiendo a los niños que le canten o reciten un poema si quieren recibir su regalo. Generalmente le encarga esa tarea a su bella nieta Snegúrochka, la Doncella de la Nieve.
Ded Moroz junto a su bella nieta Snegúrochka, la Doncella de la Nieve.
La figura de Snegúrochka no parece tener origen en la antigua mitología eslava, sino en el folclore ruso desarrollado en el siglo XVIII. Alexandr Ostrovsky la popularizó a través de una obra de teatro (“Snegúrochka”, 1873), musicalizada por el gran compositor Piotr Tchaikovsky. En ella, Snegúrochka es la hija de la Primavera y la Helada. Esta no es la única versión, hay muchas otras, inclusive extranjeras, como la recreada por el escritor y eslavista francés Louis Léger. En algunas, es una niña hecha de nieve que se transformó en persona.
Su imagen también fue recreada por el genial pintor Víktor Vasnetsov en un cuadro del año 1899, pero más allá de todo, el personaje vive en el alma del pueblo ruso simplemente como la “nieta de Ded Moroz”.
Abuelo azul
Ded Moroz lleva una barba larga, hasta la cintura (incluso en algunas imágenes llega más abajo aún, hasta los pies), cuando Santa Claus la lleva más corta. Ded Moroz personifica la nieve y las heladas, por ello sus colores naturales son el azul y el blanco, pero también se permiten los colores rojo y verde. Sobre Santa Claus, se dice que su color original era el verde, pero a mediados de los años 50 del siglo XX, la empresa multinacional de refrescos Coca Cola popularizó su figura con atuendos rojo y blanco y así ha perdurado hasta nuestros días.
En lo que se refiere al atuendo, Ded Moroz viste acorde con las gélidas temperaturas invernales de la región de donde proviene, lleva un largo abrigo de piel que llega hasta el suelo, ceñido a su cintura con una banda, calza botas de fieltro, tiene guantes templados y luce un sombrero de piel.
La residencia de Ded Moroz.
De acuerdo con la vieja mitología eslava, este anciano venerable habitaba en una casita rústica de madera, en el País de los Muertos, desde donde podía atravesarlo a través de un pozo (este detalle del traspaso de mundos está descrito en numerosos cuentos rusos).
En la actualidad, un ex alcalde de la capital rusa proclamó a la ciudad de Veliky Ustug, una pequeña ciudad situada a unos 900 kilómetros de Moscú, como la residencia oficial de Ded Moroz. Esta ciudad que en la actualidad tiene alrededor de 31.500 habitantes, y se encuentra en la región de Vologda, a partir del surgimiento del proyecto turístico ruso “Veliky Ustug: Patria de Ded Moroz”, en el año 1998, se ha revitalizado, conformando un modelo joven de desarrollo turístico exitoso (en Finlandia, en la provincia de Laponia, está el Joulupukin Pajakylä, el Poblado de Papá Noel).
En la última década del siglo XX se adoptaron numerosas modas occidentales, incluyendo el Papá Noel y de risa sonora; pero a partir del año 2000 empezaron a recuperarse las tradiciones eslavas autóctonas y Ded Moroz ocupó su antiguo lugar imitando la mercadotecnia de su rival occidental, al punto de ser considerado el Santa Claus de los rusos.