Mónica Ritacca | mritacca@ellitoral.com
Desde Buenos Aires, la licenciada en psicología Alejandra Cosentino arribó a Santa Fe para brindar una charla sobre bullying que organizó OSDE. En una entrevista que concedió a El Litoral señaló que las cifras en Argentina de casos de bullying son alarmantes.
Mónica Ritacca | mritacca@ellitoral.com
—La pregunta es trillada pero no está demás arrancar la entrevista con ella debido a que los casos no cesan. ¿Qué es el bullying?
—El bullying es un flagelo en el ámbito de la convivencia donde hay chicos y adolescentes. Es un tipo de maltrato que se puede dar en diferentes contextos, como el escolar, entre pares, entre compañeros... Consiste en un ejercicio de poder del victimario sobre la víctima a través de la burla, el maltrato, el hostigamiento en forma sistemática y permanente. Esto ocasiona en la víctima sentimientos de baja autoestima, de ansiedad, de inferioridad... Un chico que es víctima de bullying puede ausentarse de la escuela, puede presentar malestares físicos... El problema es que de prolongarse esta victimización puede derivar en acciones que no tendrán vuelta atrás.
—¿Hay estadísticas a nivel nacional respecto de este tema?
—Las cifras de casos de bulliyng en Argentina son alarmantes. Yo sigo las del observatorio “Bullying Sin Frontera”, que hace una medición interanual de agosto a agosto. Los últimos datos son de agosto de 2017, e indican un aumento del 30 % de los casos: fueron 3000 casos de bullying los registrados en el país.
En el trabajo de este observatorio va quedando demostrado el incremento de los casos de acoso en el ámbito escolar; tendencia que realmente preocupa.
—¿Las víctimas de bullying tienen características particulares o cualquier niño/a puede serlo?
—Antes de responder quisiera contar que el tema del bullyng fue tomado desde el comienzo desde un lenguaje jurídico. Por eso se habla de víctima, de victimario, de acoso, etcétera.
En general los sujetos que son atacados son niños o niñas que pueden tener características de baja autoestima, cierta timidez y en quienes se les ha constituido lo que se llama “indefensión aprendida”, es decir que entran en una situación de encierro respecto a los recursos para defenderse teniendo la idea de que no hay nada por hacer, que nadie los puede ayudar. Por decirlo de alguna manera tiran la toalla, y es ahí donde se produce el problema anímico en el niño acosado.
También pueden tener rasgos favorables, como ser chicos que han sido enseñados a resolver las cosas de manera pacífica o a enfrentar los conflictos de una manera no agresiva. Y también por eso ser tomados como víctimas.
—Alguna vez leí que el victimario también es alguien que está pidiendo ayuda. ¿Es así?
—Sí, es así. El victimario también necesita ayuda. Tanto víctima como victimario tienen desvalores para estar uno con el otro. Uno es más introvertido, menos social. El otro, a través del dominio sobre el otro, en realidad trata de encubrir un carácter de debilidad, de abandono, de no ser escuchado. Por eso el mensaje que quiero dejarle a los padres es que tienen que hablar con los hijos. Conversar es cuidar, sobre todo en un tiempo como éste que estamos atravesados por lo digital. Hay que conversar con los chicos.
—¿Qué pasa con el entorno, con aquellos que son espectadores?
—El circuito del bullying tiene tantos participantes que no se puede creer que a los adultos se nos pase por alto. Tenés acosado y acosador, los seguidores -que son los que ponen me gusta- y los espectadores -que miran-. También todos los que integran una comunidad, como la educativa, y los padres. O sea que hay un montón de participantes.
Antes, en materia de bullying se apuntaba a la víctima y al victimario. Ahora los métodos más modernos apuntan a los espectadores. La idea es dotarlos de estrategias para que puedan comunicar y así se desarticular el circuito del bullyng. Ellos saben que está mal ese hostigamiento, entonces si están bien equipados van a poder alertar. La idea es prevenir. Una de las acciones en este sentido es, por ejemplo, poner buzones anónimos donde puedan denunciar casos de bullying.
—¿Qué pasa con el rol de la escuela y de los padres?
—El rol es el de siempre. Es verdad que a veces se llega tarde, pero yo creo que es porque no se presta la suficiente atención. Hoy la gente tiene la mirada puesta en el celular. ¡Basta de eso por favor!. Hay que prestar atención a cómo vuelven los chicos a casa, darle más importancia a preguntas por cuestiones de convivencia en el grado o en el curso y no a cuánto se sacó en una materia.
Con respecto a las escuelas, deben prestar atención a la dinámica de convivencia de los grupos, preguntarse por qué tal chico siempre se queda solo a la hora de trabajar, etcétera. Ver qué pasa dentro del aula.
—¿Por último, el bullying existió siempre?
—Si. Lo que pasa es que hoy se hace visible lo que antes no lo era, a través de las redes sociales por ejemplo. La mirada de mamá no es incidente. Sí la de los pares. Cuando uno es adolescente, en la construcción de la personalidad, la mirada del otro es estructural. Importa lo que diga mi compañero. Por eso las redes sociales apuntan a que vos te socialices a través de ellas. Y se hace de manera agresiva, gratuitamente.
Iniciativa de OSDE
En el marco del compromiso Social Empresario de OSDE, se llevaron a cabo este jueves tres charlas para empleados de empresas. Dos de ellas fueron sobre bullying, a cargo de la licenciada Alejandra Cosentino y para empleados de WalMart y Musimundo, y la otra sobre prevención de ACV, a cargo del doctor Anzardi y para empleados de la cervecería.