Lo cierto es que, cumplidos estos plazos o antes, será el momento del adiós para un ícono de las golosinas argentinas y del Sur del Conurbano bonaerense: el niño astronauta que ilustra el empaque de los alfajores Capitán del Espacio.
A partir de su entrada en vigencia, las empresas tendrán 180 días para adecuar sus productos, plazo que se extiende a un año para las pymes y, eventualmente, por 180 días más si, por motivos que el Poder Ejecutivo Nacional considere pertinentes, el fabricante solicita una prórroga.
Lo cierto es que, cumplidos estos plazos o antes, será el momento del adiós para un ícono de las golosinas argentinas y del Sur del Conurbano bonaerense: el niño astronauta que ilustra el empaque de los alfajores Capitán del Espacio.
El artículo 9, inciso C, de la ley prohíbe taxativamente la inclusión en las etiquetas de “personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas o mascotas”, entre otras limitaciones. Así, el legendario logo del capitán, el mismo desde hace 59 años, cuando nació la marca, deberá ser reemplazado por otro que no contenga su imagen.
Como los alfajores son fabricados por una pyme de Quilmes, el plazo para la despedida es el máximo que prevé la ley.
A diferencia de otras marcas que ya producen packagings alternativos para exportar a mercados donde rigen leyes de etiquetado similares a la que se aprobó ahora en la Argentina, Capitán del Espacio debería diseñar un envase nuevo.
Es que una sola vez se exportó, entre 1995 y 1996, a Australia, y la empresa decidió dejar de hacerlo debido a que no podía garantizar que el transporte no afectara la calidad de sus productos, en especial de los rellenos con dulce de leche.
Ahora -y siempre- el alfajor se consigue en el municipio de Quilmes y no muy lejos de allí, principalmente en algunos kioscos de otros distritos del Sur del Gran Buenos Aires y también en lugares muy puntuales de Capital Federal que los fans conocen y se transmiten entre ellos.
La historia del "Capi"
El Capitán del Espacio -el nombre, el logo y el alfajor- son creaciones de un hombre nacido en Piñeyro, partido de Avellaneda. Ángel de Pascalis fue el creador de la emblemática golosina, que empezó a producir el 2 de febrero de 1962 en una fábrica de Ezpeleta, ya en el municipio de Quilmes.
Pocos meses más tarde nació el nombre, ya que De Pascalis decidió cambiar la denominación original que tuvo su alfajor y fue él mismo quien lo bautizó “Capitán del Espacio”.
“El nombre anterior era en árabe, no se entendía. Elegí Capitán del Espacio porque en esa época se hablaba de que el hombre llegaría a la luna”, contó don Ángel en 2008, en la única entrevista que dio en su vida, al periodista Ignacio Montivero de Clarín.
La fábrica, que tenía 10 empleados, se mudó a Bernal, al año siguiente y en 1972 a su ubicación actual sobre la calle Gran Canaria, en Quilmes.
De Pascalis murió el 1º de agosto de 2012, a los 86 años, soltero y sin hijos. Para entonces su empresa cerca de 50 empleados que fueron, además, los herederos de la marca y la fábrica, tal como él había prometido, ya que no había otros.
Hoy el Capitán del Espacio es un producto de culto. El grupo "Alfajor Capitán del Espacio" tiene más de 100 mil integrantes en Facebook. El simpático astronauta aparece hasta en tatuajes. El Papa Francisco pidió especialmente que le llevaran alfajores al Vaticano.
Hay incluso un merchandising no oficial: un muñeco tipo Barbie del Capitán producido por Milonga Customs, otra pyme artesanal basada en el Sur del GBA (en Florencio Varela). Y en 2018 tres cervecerías artesanales (Guten Bier, Piu Bella y Brescia) se unieron para crear una cerveza con sabor a Capitán del Espacio.
Todos deberán hacerse a la idea de que el niño Capitán empieza a despedirse y los paquetes vacíos de color dorado, plateado o verde tal vez pasen a ser considerados objetos de colección.