Solo 1 de cada 11 personas recibe el tratamiento adecuado ante el uso indebido de drogas
La Oficina de las Naciones Unidas destaca la urgente necesidad de invertir en prevención. En Argentina, la falta de ajustes presupuestarios desde 2023 amenaza las estrategias frente al aumento del consumo problemático.
Solo 1 de cada 11 personas recibe el tratamiento adecuado ante el uso indebido de drogas
Cada 26 de junio, se conmemora a nivel mundial el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, una iniciativa establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1987. Esta fecha no solo marca una ocasión de reflexión global, sino también un llamado a la acción coordinada para abordar uno de los desafíos más significativos que enfrenta la sociedad.
“La evidencia es clara: debemos invertir en prevención”, es la campaña 2024 de la ONU. Imagen ilustrativa
El Informe Mundial sobre las Drogas, presentado este miércoles por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), revela que aproximadamente 64 millones de personas en todo el mundo padecen trastornos por el uso de drogas, pero solo una de cada 11 recibe el tratamiento adecuado.
La situación es aún más alarmante entre las mujeres, ya que solo una de cada 18 mujeres con problemas de consumo recibe ayuda, en comparación con uno de cada siete hombres.
Producción y sobreoferta
“La evidencia es clara: debemos invertir en prevención”, es la campaña 2024 de la ONU. “Necesitamos proporcionar tratamiento y apoyo basados en evidencia a todas las personas afectadas por el uso de drogas, mientras nos enfocamos en el mercado de las drogas ilícitas e invertimos mucho más en prevención”, declaró Ghada Waly, directora ejecutiva de UNODC en la presentación del informe.
A nivel internacional, en 2022 aproximadamente 292 millones de personas en todo el mundo usaron drogas, lo que muestra un incremento del 20 % en comparación con una década atrás. Entre las más consumidas lidera el cannabis, seguido por los opioides, las anfetaminas, la cocaína y el éxtasis.
Además, países como Colombia, Perú y Bolivia han experimentado un aumento significativo en la producción de coca, generando una sobreoferta que alimenta un mercado global persistente. En 2022 se alcanzó una nueva cifra récord de producción de cocaína con un aumento del 20 % comparado con el año anterior.
En Buenos Aires, por ejemplo, la Defensoría del Pueblo remarcó las preocupaciones sobre el financiamiento insuficiente en el ámbito de la prevención. Desde 2023, el presupuesto destinado a la prevención e investigación sobre consumos problemáticos está congelado en 544 millones de pesos, a pesar del aumento del 73 % en la inflación acumulada hasta 2024.
Ni un pibe y piba menos...
Tres organizaciones de la Iglesia Católica Argentina —Cáritas Argentina, la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Familia Grande del Hogar de Cristo— están llevando a cabo actividades en este día bajo el lema: #NiunPibeyPibaMenosporlaDroga, realizando encuentros en distintos puntos del país como: Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán, Salta, Chaco, Formosa, Chubut, Córdoba.
Organizaciones civiles y religiosas promueven alternativas de vida más allá del consumo, bajo el lema “Ni un pibe o piba menos por la droga”. Crédito: Federación de los Hogares de Cristo
La campaña busca promover políticas públicas inclusivas y efectivas para abordar el consumo de drogas a nivel local, enfocándose en la atención de quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad dentro de sus propias comunidades.
Juan Manuel Gauna, presidente de la Unión de Clubes Parroquiales, destacó en diálogo con El Litoral la labor integral que realizan, ya que ofrecen tanto asistencia directa como programas preventivos. Su enfoque se centra en acompañar a las personas y familias, reconociendo que el consumo problemático de drogas es parte de su historia. Por eso buscan crear redes de contención y promover alternativas de vida más allá del consumo.
Gauna subraya que el consumo afecta a todas las clases sociales en Argentina. Sin embargo, en los barrios populares, el consumo a menudo surge como consecuencia de situaciones derivadas de la vulnerabilidad socioeconómica. Desde su experiencia en acompañamiento social, el líder de la organización reclama por políticas sociales más inclusivas y enfatiza el derecho de todas las personas, independientemente de su situación, a una vida digna y al apoyo necesario para sanar.