Seguir soñando. Quizás ese es el principal motor para Juan José Sagardía, quien a sus casi ocho décadas decide continuar al frente de la institución que formó y que, en esa aventura, no imaginó que tendría semejante crecimiento.
La entidad avanza hacia un mayor anhelo: tener su propia universidad. Y persigue el resto de los proyectos: el banco propio, los servicios en salud, educación, turismo, farmacia y responder a los 250 mil afiliados que tiene la obra social -de origen santafesino- en todo el país.
Seguir soñando. Quizás ese es el principal motor para Juan José Sagardía, quien a sus casi ocho décadas decide continuar al frente de la institución que formó y que, en esa aventura, no imaginó que tendría semejante crecimiento.
“Tengo 79 años. Nací en el campo. De la nada. Que vos digas: dar educación. Yo lo tengo muy claro. Estoy convencido. Cada vez que hablo en la escuela digo, nosotros tenemos una escuela. Nosotros hacemos patria. Después que me critiquen como quieran. Estoy convencido de que hacemos patria a través de la educación. Y a partir de ahí, tener una universidad. Bueno, querido mío, cómo no le voy a dar gracias a la vida”.
Así define Sagardía su obra en Jerárquicos Salud, la entidad nacida hace 29 años en Santa Fe para dar respuestas a un servicio de salud y que hoy diversificó su modelo prestación a niveles superadores.
En una extensa charla con este medio, el titular de JS detalló los proyectos que continúan en marcha y los futuros, así como el estado de toda la estructura institucional.
-Recientemente hubo una renovación de la comisión y, en virtud de esto, ¿cómo encuentra hoy a la institución, la salud institucional de Jerárquicos?
-Yo soy uno de los fundadores, o el fundador. ¿Qué significa? Que fui el primer presidente de la mutual y soy un gremialista ideal: sigo estando de presidente a los 29 años. Y tengo 79 años de edad. Entonces, el haber planteado a los compañeros directivos “síganme acompañando cuatro años más”, para mí es toda una cuestión de edad, es decir, si yo voy a poder estar al ritmo de lo que necesita la mutual. No lo sé, pero sé que los caminos del Señor te permiten algunas cosas. Y para mí, los caminos del Señor en este momento qué es:que tengo salud, que tengo trabajo, porque yo trabajo todos los días, que es una ocupación. Y entonces, quiere decir que si tenés ganas de hacer y podés hacer, metámosle para adelante.
“Yo a todos les pedí ‘quédense cuatro años más. ¿Por qué? Porque estamos con planes. Primero, mantener la estructura que tenemos de lo que es la obra social. Tenemos 250.000 afiliados para atender en todo el país, gracias a Dios, en los pueblos, en las ciudades importantes. Tenemos 12 farmacias, tenemos 3 clínicas, la escuela de nivel inicial, nivel primario, nivel secundario, terciario. Y entonces ahora viene el otro proyecto. Hagámonos cargo de este proyecto que hoy mismo está yendo, que es tener nuestro propio instituto universitario. Ya se ha firmado un convenio con personas que están dedicadas a eso, así que estamos muy confiados en el proceso.
“Tenemos el proyecto de la entidad bancaria. El edificio de Facundo Zuviría, de 8 pisos, estaba pensado en su origen para lo que iba a ser la administración. Pasan los años y se da la posibilidad de tener nuestro propio banco, que se llamará Banco Mutuo Argentino Sociedad Anónima. Te exigen que sea una sociedad anónima. Hace de 3 a 4 años que venimos trabajando, hemos terminado todo el proceso en el Banco Central, de la presentación del expediente, lo hemos ido superando, así que estamos a la expectativa de que salga la resolución”, comentó Sagardía.
“Se hace una sociedad anónima, así que no hay, y lo decimos claro, relaciones políticas -remarcó-. Así que hemos presentado el expediente por mesa entrada; vamos y hacemos consulta como corresponde. Siempre hemos sido bien atendidos en el Banco Central. Y uno también se pregunta si el directorio se podrá preocupar por esto. Pero bueno, las cosas son así, estamos en la Argentina”.
Otro proyecto es el crecimiento. “Hemos ampliado la cantidad de oficinas que tenemos. Hace poco abrimos oficinas en Villa María, Córdoba, y en Mendoza. Nosotros éramos un poco remisos a abrir oficinas, por el gasto fijo, pero hoy hay más necesidades. Y más allá de que usemos el celular para todo, porque si bien tenemos una central telefónica para atender a todos los afiliados del país, acá pueden venir para una atención personalizada”.
-¿Imaginó algo así hace 30 años?
-Cuando se fundó esto, yo era parte de la Asociación de Jerárquicos del Banco Nacional. Había detectado que en el resto del país, porque un país está en Buenos Aires, “la Argentina de Buenos Aires”, y el resto del país se llama “Argentina, el resto del país”. Por eso estamos en el resto del país. Y nosotros no teníamos salud a través de la obra social bancaria. Yo conocía un poco, fui dirigente gremial, conocía el manejo de la obra social, entonces empecé a instaurar la idea en los jerárquicos del Banco Nacional de la necesidad de tener nuestro propio servicio de salud. Empezamos en el ‘94, fundamos la mutual con base en la ciudad de Santa Fe.
“Ya habíamos fundado un gremio de jerárquicos, que existe, con inscripción gremial. Así que también había una base en Santa Fe, como no lo podíamos atender acá porque, a raíz de la cesantía que tuve en el Banco Nación por el tema Fendrich, quedé cesante, entonces no podía seguir, ni en el gremio que había fundado, ni en la asociación civil. Pero sí podía seguir en la mutual. Así que me dediqué de lleno a la mutual, de la nada, y éramos dos compañeros que estábamos ahí; apareció una primera compañera de trabajo, que hoy es la subgerente de Recursos Humanos, y los años van pasando”.
“Entonces la gente te pregunta cómo tuvimos la expansión que tenemos. Es muy fácil -continuó el fundador de JS-. Yo tengo una mentalidad desarrollista, y la mentalidad desarrollista no es muy difícil. Hacés producción y das trabajo. Pero para todo esto, a la producción la tenés que acompañar sacándole todos los impuestos, porque nosotros tenemos todo ahogado por los impuestos nacionales, provinciales y municipales. Estamos en un país unitario: toda la plata va para Buenos Aires, entonces las posibilidades de desarrollo son muy medidas, pero bueno, estamos en la Argentina y no hay quien plantee la eliminación de impuestos”.
“Y en esto, ¿cómo se da el crecimiento? -dice Sagardía-. Por los caminos del Señor. Yo quedé cesante y pude construir esto. Ahora nosotros sumamos gente y la gente nos empuja para que tengamos más. O sea, más compañeros de trabajo tenemos. Somos 1.800 compañeros. Algunos ya están afuera de la ciudad de Santa Fe por las 10 farmacias que tenemos afuera, por las oficinas que tenemos. Y cada uno empuja en lo suyo. Y vamos creciendo”.
“Hoy, el 100% de los ciudadanos trabajamos en negro. Y vos me podrás decir, no, yo trabajo en blanco. Sí, nosotros también, pero andá a comprarte una remera, andá a almorzar, andá a cenar, ¿y cómo pagan? En efectivo y en negro”.
Y ejemplificó: “Nosotros que estamos en salud, tenemos un gran problema con los profesionales de la salud. Ellos firman un convenio que vos les vas a pagar 3.000, 3.500 pesos. No, te dicen, nosotros valemos 6.000. Son las copias concretas de la CGT. No respetan los convenios. Y te dicen, o me pagás o no te atiendo. Y no te dan ningún recibo. Es un evasor. Es un corrupto. ¿Cómo querés que le diga? Se enojan porque yo digo que son corruptos. Pero leés la definición de evasor y te va a decir que si vos evadís, sos un delincuente corrupto. No es culpa mía. Está la definición. Hasta está la definición en la Biblia. Que le discutan a la Biblia, a ver si se animan. ¿Y los organismos que nos controlan? ¿Nos controlan? No te controlan. Si no, no habría tanto robo como hay en la función pública”.
El directivo sostiene que el gremialismo, que debería ser una entidad señera de patria, “es antipatria”. “Todo lo que sea gremialismo hoy es antipatria. ¿Por qué? Porque los muchachos lo hacen antipatria. Es así. ¿Yo estoy en contra del gremialismo? No, si yo fundé dos gremios. Fundé dos mutuales también, es verdad. Pero, muchachos, ¿qué nos pasa? Vos sos un comerciante. Abrís un comercio. Ponés tres empleados, cinco empleados. A partir de ese día, te transformaste en un hijo de p... Porque sos un explotador de gente. No, vos das trabajo, pero sos un hijo de p… Sos un explotador. Entonces, tenemos los conceptos al revés. Al empresario lo matamos con los impuestos. Y lo matamos con el concepto cegetista de que los empleados son explotados. Entonces, ¿cómo se ve? Tenés que negrear todo para poder mantener ese negocio. No nos sinceramos. Esta es la realidad”.