Viernes 26.7.2024
/Última actualización 19:41
Desde Defensa y Justicia hasta Laferrere, pasando por Boca, River, Platense, Temperley o cualquier estadio de capital o conurbano bonaerense, haberlos conocido, en la mayoría de los casos con Fredy Heer como fotógrafo del diario, marcó, en mi caso, aquellos primeros tiempos de viajes y coberturas. Verlo manejarse en tantos lugares como lo hacía, motivaba un comentario de mi parte: “Fredy, te conocés Buenos Aires como la palma de tu mano”. A lo que Fredy contestaba: “¡Te equivocás…! A Buenos Aires nunca terminás de conocerla”.
A Fredy no le gustaba tanto el fútbol, no era futbolero. Pero le encantaba cubrir fútbol. Parece una paradoja, suena contradictorio. Pero era así. Y lo disfrutaba. Su simpatía lo llevaba a compartir charlas y sumar conocidos en un ambiente que no era el de él. Y daba siempre la impresión de que esperaba la llegada de un santafesino – era mi caso – para hablar de Santa Fe y del diario. Más allá de que él había nacido en Esperanza, ciudad a la que quería y referenciaba.
La foto del gol número 100 del Bichi Fuertes en Colón, obra de Fredy Heer. Un día, en la cancha de Defensa y Justicia en Florencio Varela, año 1988, jugaba Unión contra el equipo local. Para tener una idea, del microcentro porteño al estadio, hay cerca de 30 kilómetros. En esos tiempos, se hacía por avenidas y calles, no por autopista. Los cálculos previos que hicimos para llegar a la cancha, no fueron los mejores, ni tampoco los caminos elegidos en ese día. Era una de las primeras excursiones a esa cancha, justamente. Cuestión que llegamos unos minutos antes de que empiece el partido.
“Bajáte y golpeá el portón para que pueda entrar el auto”, me dice Fredy. La cancha, en ese momento, lo permitía. Algo que hoy ni se nos ocurre pensar, salvo alguna rarísima excepción. Alguien escucha al ratito, abre el portón y Fredy encara con su auto los metros que separaban, el portón, de un lugar bien cercano a uno de los arcos. En ese preciso momento, pitazo inicial del árbitro. Mientras se acercaba al alambrado, con el auto en movimiento, Fredy estira la mano hacia atrás, como presagiando algo, y saca su cámara del bolso. Deja el auto en marcha, se baja, clava el lente en uno de los agujeros del alambrado y en ese preciso instante, el Pepe Castro entra con pelota dominada y remata al arco convirtiendo el gol antes de que se complete el primer minuto de juego.
¿Resultado final del partido?. Defensa y Justicia 0 – Unión 1. Y Fredy había sacado la foto del gol, con su auto todavía en marcha y no siendo un futbolero, pero teniendo la muy fina virtud de la intuición.