Guillermo Dozo
En la avenida Aviadores del Chaco, por donde circulará el papamóvil, se trabaja a destajo
Guillermo Dozo
enviado especial
“Todo está dispuesto para recibir al Santo Padre. Hemos pensado en todos los problemas y en todas las soluciones”. La definición corresponde al comisario inspector Miguel Ayala, uno de los encargados de la seguridad de Francisco durante su estancia en Paraguay.
Si es habitual ver gran cantidad de agentes policiales en cada visita a Asunción, lo de estos días es llamativo. No hay rincón donde no haya personal uniformado y, en sectores más críticos, se alternan con personal de civil que realiza una vigilancia más camuflada, pero no menos severa.
El comisario Ayala, en diálogo con El Litoral informó que más allá de las fuerzas regulares “hay casi 20.000 efectivos de la policía y Ejército” que brindarán protección a Francisco desde su llegada hasta la partida el día domingo.
El diálogo se produjo en la puerta de la Nunciatura Apostólica de Asunción, lugar elegido para la estancia de Francisco. “Siempre un imponderable hay, pero se ha pensado en todo. Hemos dispuesto en el edificio de la Nunciatura hombres de Bomberos, tránsito, salud… Nada ha quedado librado al azar”, explica Ayala.
Mientras se ultiman los detalles sobre el ingreso de calle Ciudad del Vaticano, Ayala agrega que “la Nunciatura ocupa varias manzanas y, a sus espaldas, está la Embajada de los Estados Unidos que también es muy grande. En el terreno norteamericano, además, funciona un helipuerto de modo que se puede hacer un rápido traslado de cualquier integrante del a comitiva hacia el punto que sea necesario”.
Pero la seguridad del papa también incluye el servicio de electricidad y aguas.
“Tenemos todo acordado con las empresas que brindan estos servicios y nunca, por ningún motivo este edficio verá suspendido los servicios esenciales”.
Cerca y lejos
Cabe recordar que la visita que comienza mañana incluye una visita al presidente Horacio Cartes en el palacio de Gobierno, tras una breve estancia en la Nunciatura.
Luego habrá una misa pero la actividad fuerte se espera para el sábado. Para el ciudadano común, además de la emoción de recibir al Papa se agrega cierta desazón debido a que las tareas no se suspenden sino que aumentan, como ocurre con el comercio.
Una empleada del shopping Sol, uno de los más grandes, se lamentaba: va a pasar por la puerta pero no lo voy a poder ver. Es más nos han estirado el horario de trabajo. Yo no, pero tal vez alguno de los chicos que trabaja acà pueda verlo si coincide su horario de descanso con el paso de la comitiva”.
En la avenida Aviadores del Chaco, por donde circulará el papamóvil, se trabaja a destajo. Mientras el complicado tránsito se mantiene, se desvía por dónde se puede porque las tareas de bacheo y pavimentación aún están vivas. Grupos de empleados al servicio del gobierno están pintando a mano los cordones de las avenidas y maquinaria especial se encarga de un barrido mecánico.
Se trabaja pero no hay malhumor. Al contrario. Cada una de las molestias que genera este “embellecimiento” de última hora arranca una sonrisa a quien pide el cambio de carril o del chofer de los endiablados colectivos que arañan las calles asunceñas. Como en la Fiesta de Joan Manuel Serrat habrá que ver qué queda a partir del lunes próximo cuando Francisco vuelva a Roma y Asunción recobre su ritmo habitual.