Irene Bernasconi nació el 7 de noviembre de 1896 en La Plata, provincia de Buenos Aires y falleció el 9 de julio de 1989 a los 92 años. En recuerdo a su natalicio, Google presentó este lunes un doodle especial.
Nacida el 7 de noviembre de 1896, fue una bióloga marina especialista en equinodermos. Fue parte de “Las cuatro de Melchor”, las primeras científicas mujeres que lideraron una expedición a la Antártida.
Irene Bernasconi nació el 7 de noviembre de 1896 en La Plata, provincia de Buenos Aires y falleció el 9 de julio de 1989 a los 92 años. En recuerdo a su natalicio, Google presentó este lunes un doodle especial.
El diseño presenta el tradicional logo del buscador de internet con un estilo animado que emula la textura de la plastilina y muestra Bernasconoi junto a especies de equinodermos, área de la biología en la que se especializó.
Se tratan de animales exclusivamente marinos y bentónicos, caracterizados por su exclusivo esqueleto interno formado por osículos calcáreos. Actualmente hay 7.000 especies más unas 13.000 especies extintas, ya que su historia se remonta a principios del Cámbrico.
El foco principal de Irene dentro de este campo durante 50 años fueron las estrellas de mar. También estudiaba erizos de mar y estrellas quebradizas.
Bernasconi protagonizó un hito histórico junto a otras tres mujeres: María Adela Caría (bacterióloga), Elena Martínez Fontes (bióloga) y Carmen Pujals (especialista en algas) conformó el grupo posteriormente llamado “Las cuatro de Melchor”, las primeras científicas mujeres que lideraron una expedición a la Antártida.
Durante su misión, Las cuatro de Melchor recolectaron más de 2000 especímenes de equinodermos, así como vida vegetal y otras muestras vivas, en el ecosistema de la Antártida. Para hacerlo, las especialistas bucearon e instalaron redes y anzuelos en aguas de temperatura extremadamente baja.
En ese momento, Bernasconi tenía 72 años. El grupo entero trabajaba en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “B. Rivadavia”. En su paso por el continente blanco, realizaron grandes aportes al conocimiento vinculado a algas marinas, esponjas silíceas, estrellas, erizos de mar y otros invertebrados, y realizaron estudios de microbiología ambiental.
Irene además formó parte de la creación del Conicet, como una de las primeras becarias, donde a partir de 1962 se incorporó a la Carrera de Investigador/a Científico/a. Antes, había sido maestra y había trabajado en el Museo Argentino de Ciencias Naturales. Su primera publicación científica fue en 1925 y trató sobre moluscos e invertebrados.