Martes 11.4.2023
/Última actualización 11:51
Nada sobre la misión Apolo 13 salió según lo planeado, según la NASA. Después de una explosión en la nave, se abandonó el plan original para aterrizar en la luna y el único objetivo de los astronautas era regresar a la Tierra con vida. Este ambiente caótico dio origen a la frase "Houston, tenemos un problema", que con un ligero cambio, se convirtió en un emblema.
El 11 de abril de 1970, despegó desde el Centro espacial John F. Kennedy la nave de Apolo 13, la séptima misión tripulada del programa Apolo y la tercera que estaba destinada a realizar un alunizaje. A bordo iba el comandante Jim Lovell, el piloto del módulo de mando Jack Swigert y el piloto del módulo lunar Fred Haise.
El 13 de abril, dos días después de la misión, se descubrió la explosión de un módulo de servicio. Cuando se encendió el sistema para extraer el oxígeno líquido de uno de los tanques, un cable dañado provocó un cortocircuito y una explosión, dejando el contenido del tanque drenado hacia el exterior.
El 11 de abril de 1970, despegó desde el Centro espacial John F. Kennedy la nave de Apolo 13,Cómo sobrevivieron los astronautas
Los astronautas se vieron obligados a suspender el viaje después de la explosión. Debido a que se requería oxígeno no solo para respirar sino también para producir energía eléctrica, los sistemas de propulsión del módulo de servicio quedaron inoperables.
Entonces apagaron los sistemas del módulo de comando para conservar recursos y se trasladaron al módulo lunar, que tenía las baterías cargadas y los tanques de oxígeno llenos.
El objetivo de la misión cambió por completo: de aterrizar en la Luna a regresar a la Tierra con vida. No fue tarea fácil: la tripulación sufrió complicaciones a causa de la falta de energía y la escasez de agua. Además, con el consumo eléctrico al mínimo, la temperatura en la nave bajó a los 3 grados.
Recibieron orientación y asistencia de los expertos en el centro de operaciones de Houston a lo largo de su viaje. Recibieron instrucciones de cómo adaptar, con bolsas de plástico, cartón y cinta adhesiva, los purificadores de dióxido de carbono del módulo de mando para que funcionaran en el módulo lunar, que no tenía la capacidad suficiente para sacar el CO2 que emitían los tres astronautas. Tuvieron que limitar la cantidad de agua que podían usar para enfriar el equipo, lo que provocó la deshidratación y la pérdida de 14 kilogramos entre ellos.
Si la explosión hubiera ocurrido durante el regreso a la Tierra, los astronautas habrían muerto. Es que, para ese momento de la misión, ya se habrían deshecho del módulo lunar, que utilizaron como bote salvavidas cuando cayó el 17 de abril en el Océano Pacífico Sur, al sureste de Samoa.
os astronautas se vieron obligados a suspender el viaje después de la explosión.“Houston, tenemos un problema”
Para comunicar la explosión al centro de operaciones, que estaba ubicado en Houston, en el estado de Texas, el astronauta Jack Swigert pronunció una frase que pasó a la historia, aunque con un sutil cambio.
“Vale, Houston, hemos tenido un problema aquí”, dijo. comunicado. Luego, su compañero James Lovell insistió: "Uh, Houston, hemos tenido un problema.
En ambos casos, las frases están en tiempo pasado. Poco a poco, comenzó a repetirse incorrectamente en tiempo presente y, con ese sutil cambio, se instauró en el inconsciente colectivo como “Houston, tenemos un problema”.