Isabel II, monarca de Reino Unido, soberana de la Mancomunidad de Naciones y representante suprema de la Iglesia de Inglaterra falleció este jueves a sus 96 años en su residencia de verano de Balmoral, en Escocia, tras gobernar 70 años.
Interpretada en cine y televisión, estampada en monedas y en miles de objetos de merchandising e inspiradora de clásicos musicales, la monarca inglesa fallecida este jueves fue un ícono cultural durante varias generaciones en todo el planeta. Y se dio varios gustos.
Isabel II, monarca de Reino Unido, soberana de la Mancomunidad de Naciones y representante suprema de la Iglesia de Inglaterra falleció este jueves a sus 96 años en su residencia de verano de Balmoral, en Escocia, tras gobernar 70 años.
Representada en el cine y la televisión (apareció en documentales, biografías -la más destacada “The Queen”, que le valió el Oscar a Helen Mirren por interpretarla en 2006-, películas referenciales como El Discurso del Rey y series tales como The Crown, animaciones como Los Simpsons o el universo Minions), inspiradora musical con admiradores y detractores (como Queen o Sex Pistols, respectivamente), rostro icónico de la cultura pop en general, estampada en sus propias monedas pero también en remeras, tazas, platos y los objetos más impensados, Isabel II reinó también en el universo audiovisual, del que incluso llegó a participar voluntariamente.
Desde su polémico “Royal Family”, el documental “reality” producido con su consentimiento por BBC que luego fue censurado por ella misma hasta sus discursos anuales que religiosamente emitía cerca de la Navidad, la monarca conocía el poder de su imagen y lo explotaba. Y aunque era considerada “tímida”, se animó a producciones un poco más osadas, aun a edad avanzada.
Un claro ejemplo fue el de la gala de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, en un divertido sketch junto a “su” agente 007, James Bond, cuando junto a Daniel Craig, el último actor encargado de dar vida en el cine al mítico espía, la reina saltó en paracaídas. La idea era que 007 acudiera a Buckingham para recoger a la reina y, después de escoltarla por los pasillos de palacio junto a dos de sus perros, que ambos subieran a un helicóptero que les llevaría volando a la inauguración de los Juegos.
Sin duda, ver a la monarca prestarse a algo así fue una de las grandes sorpresas de aquella edición: un doble vestido exactamente igual que Isabel II saltó con paracaídas desde el helicóptero para, inmediatamente después, anunciar la llegada al estadio de la reina acompañada de su marido Felipe de Edimburgo, mientras todo el periplo se podía ver en pantallas gigantes dispuestas en el Estadio de Stratford.
Lo más curioso de todo esto es que convencer a la reina de que hiciera algo así fue mucho más sencillo de lo que jamás nadie pudo imaginar. O al menos así lo acaba de desvelar en un libro Angela Kelly, la estilista más cercana de la reina, que ha revelado cuál fue la única petición que hizo la monarca para aceptar este cameo.
Al parecer, Kelly estuvo presente en la primera reunión que el director Danny Boyle, encargado de dirigir la gala de apertura, tuvo con el secretario privado de la reina. Y cuando él les contó su idea, fue ella la que le animó a que se lo contara directamente a ella. “Cuando escuché el plan de Danny, le pedí que me diera cinco minutos para preguntarle a la reina que le parecía. No tenía ningún sentido esperar con algo así: si ella decía que no, había que pensar en otra cosa”, explicó en una ocasión la estilista.
Sorprendentemente, a Isabel II le encantó la propuesta, pero a cambio de una sola condición: ella tenía que tener algo de diálogo en la escena. “Aceptó inmediatamente, pero exigió decir algo porque después de todo, James Bond venía a rescatarla”.
Por supuesto, todos estaban dispuestos a conceder a su Majestad cualquier cosa que pidiera. Al final, se decidió que ella le saludara en el despacho. ¿Pero cómo? Le propusieron dos opciones: que dijera ‘Buenas tardes, James’; o que dijera ‘Buenas tardes, Sr. Bond’. La reina, gran admiradora del personaje, escogió la segunda porque es la que tradicionalmente aparece en las películas.
“Creo que Danny Boyle casi se cae de su silla cuando le conté que la única exigencia de la reina era que le dejaran decir esa línea de diálogo icónica en la saga”, asegura Kelly, que por cierto, fue la encargada de mantener en secreto para todo el staff de palacio por qué Isabel II encargó que le cosieran dos vestidos iguales para la gala.
Ya en 2022, en ocasión de su Jubileo de Platino, Isabel II se dio otro gusto: merendó en el Palacio de Buckinham con el oso Paddington, el entrañable personaje infantil británico.
El segmento fue transmitido en un concierto celebrado en el palacio el sábado por la noche, el tercer día de festividades por sus 70 años en el trono. Miles de personas acudieron al palacio en Londres para ver el concierto repleto de estrellas y presenciar corgis flotantes y teteras en los cielos en un impresionante espectáculo de drones y luces. Millones más lo vieron en casa en la BBC.
La reina no estuvo en el concierto. Después de experimentar “cierta incomodidad” en el primer día de celebraciones del jubileo -que duró cuatro jornadas- se retiró de los eventos en el segundo y tercer día. Pero incluso si no estuvo en el concierto del sábado por la noche en persona, fue claramente la estrella del espectáculo, demostrando al público británico en un sketch pregrabado que realmente tenía cierto don para la comedia.
En la escena, la reina y el oso Paddington se sientan en el palacio para tomar una taza de té de la tarde. Todo es muy elegante, pero las cosas, por supuesto, salen mal para el oso propenso a los accidentes. Una tetera sale volando y un postre se salpica en la cara de un peón. El oso luego le dice a la reina: “Tal vez, te gustaría un sándwich de mermelada, siempre guardo uno para emergencias”. “Yo también”, responde la reina, que luego abre su bolso negro. “Guardo el mío aquí”, dice, mientras saca un sándwich de su bolso, y agrega: “Para más tarde”.
El palacio dijo entonces en un comunicado: “Su Majestad es bien conocida por su sentido del humor, por lo que no debería sorprender que haya decidido participar en el boceto de esta noche”. “Hubo un interés en el proceso de filmación y animación y la oportunidad de invitar a un oso famoso a tomar el té fue demasiado divertido para perderse”, dijeron.