Joaquín Oroño es santafesino. Tiene 40 años y es director de una empresa tecnológica. Vive, desde 2001, en Vilanova i la Geltrú (Villanueva y Geltrú), una ciudad de casi 70 mil habitantes ubicada a unos 45 kilómetros de Barcelona. Lógicamente, y al igual que toda España, y muchos lugares del mundo, están conviviendo con el coronavirus.
* “¿Cómo es la vida del confinamiento? Y, está bien que hagamos esto, el virus se expande como aceite caliente, va quemando una cosa tras otra. En Madrid, que es el foco más grande, están desbordados: y al decir esto me refiero a desesperación. Quienes trabajan en salud no tienen los materiales suficientes (como por ejemplo guantes) para atender. Hay tanta gente que están colapsando los servicios de salud, no dan abasto. Es casi estado de sitio lo que estamos viviendo. No se puede salir a la calle, si la policía te ve, te manda a tu casa y te multa. Los militares, incluso, están reforzando a las fuerzas policiales para inducir a la gente a que se quede en sus casas. Hay muchos que tienen el virus, y que lo están incubando todavía. Entonces se espera que en estos días aparezcan muchos casos más”.
* “En toda España, los muertos y los infectados suben como la espuma. Hay dos partes diarios que brindan, y se esperan como una película de terror. En la unidad de cuidados intensivos de los hospitales está pasando que, de un día para el otro, el 60% de los internados aparece muerto. Más contagios dan por hecho que habrá, pero el tema pasa por los recaudos que tome cada uno. De acá a una semana, en Argentina tal vez estén hablando de la misma manera”.
* “En una ciudad chica, cerca de mi casa, tenemos otro de los brotes. Un hombre que fue a un hospital porque se sentía mal, y terminó infectando a 40 personas que trabajan en el nosocomio, y a su vez ellos infectaron a integrantes de sus respectivas familias. O sea, en un día, en un sector de cero casos se pasó a 80 infectados, y bloquearon toda la zona”.
Desde este lunes, en España, los únicos lugares que se mantienen abiertos son los sitios de alimentación (supermercados), estaciones de servicio y farmacias. También pueden teletrabajar (desde sus casas), todos quienes su profesión lo permita. No obstante, la actividad económica se desmoronó mal. “En mi caso, al trabajar cerca al sector turístico, se me derrumbó el negocio en unos días. Esperamos dos meses malos, dos más recuperandonos y a partir de ahí empezar a volver a la normalidad”.
* “Este martes se presentan las medidas económicas, como sacar algunos impuestos. En Semana Santa empieza el verano, y es donde siempre repunta la actividad turística, y por ende la economía. Los hoteles están todos vacíos, el transporte cancelado. Compañías aéreas de afuera de España, cancelaron los vuelos hacia acá, porque nadie quiere infectarse. Esa es la realidad. Seguramente Iberia y Aeroeuropa, por nombrar dos compañías grandes, presentarán quiebra. Y si no toman las medidas necesarias, en 10 días en Argentina estamos hablando de los mismo”.
* “Debemos aprender de los chinos y surcoreanos que supieron controlar la situación. No como acá (por España) o en Italia, que por no darle la atención necesaria a su tiempo, y pensar en ‘esto no me pasa a mí’, en cinco días se dispararon todos los números. En el Gobierno hay tres ministros infectados y la mujer del presidente”.
* “Estamos encerrados desde el viernes. Uno no sabe qué hacer con el tiempo: te levantás, comés, ves una película, de vuelta a la cama... pero, aunque parezca, no es una paranoia. Hay que cuidarse, es la realidad. El encierrro es por el bien de todos”.