Por razones históricas, el nombre de la capital ucraniana nos ha llegado a través del ruso y por ello siempre hemos dicho Kíev. Pero las razones políticas pasan por encima de las lingüísticas y, por eso, desde hoy algunos medios internacionales reivindican llamarla Kyiv.
Se trata de "The New York Times", "The Washington Post", CNN, BBC, "The Guardian" o "La Vanguardia", que han pasado a usar la forma que se acerca más a la ucraniana para referirse a su capital.
De hecho, este debate no es nuevo. KyivNotKiev es una campaña que Ucrania ya lanzó en 2018 para concienciar a los países de la importancia para ellos de este matiz en su toponimia.
Aunque la RAE sigue recomendando usar el topónimo tradicional a la rusa (Kíev), es evidente que las circunstancias actuales nos empujan a ponernos al lado del pueblo ucraniano y, por lo tanto, a usar la forma que se acerca más a su pronunciación (Kyiv).
"Desde hoy mismo el lector leerá Kyiv en estas páginas por solidaridad con el pueblo ucraniano. Este pequeño detalle significa mucho para ellos", publicó "La Vanguardia" este viernes en sus redes sociales.
En la trancisión, varios medios optan por usar la forma Kiev / Kyiv en sus títulos y utilizar ambos hashtags en sus redes sociales.
Otro nombre en cuestión es el la central nuclear de Zaporiyia / Zaporizhzhia, la segunda tomada por Rusia, tras la de Chernóbil. En este último caso, tal como indica el «Diccionario panhispánico de dudas», la forma adecuada de este topónimo es «Chernóbil», con tilde en la «o» por ser una palabra llana acabada en consonante distinta de «-n» o «-s», que representa la pronunciación etimológica del término, no «Chernobil» ni la forma inglesa «Chernobyl».