A Mario Benedetti se lo ve relajado; y no es para menos. Es el único argentino que forma parte del proyecto científico conocido como “La máquina de Dios”, lo que le permitió convencerse de que tanto él, como todo lo que lo rodea, es producto de la casualidad. Y por ese motivo, es un agradecido a la vida.
Por eso se apasiona cuando habla del tema y explica que los experimentos realizados a partir del Gran Colisionador de Hadrones -el verdadero nombre de esta maquinaria-, hicieron posible que el hombre superara barreras del conocimiento que parecían infranqueables: “Hoy sabemos qué ocurrió desde una mil millonésima parte de segundo después del Big Bang”.
Este ingeniero nació en Italia el 2 de abril de 1945. Golpeados por la Segunda Guerra Mundial, sus padres emigraron a la Argentina cuando Mario apenas tenía dos años: “Soy argentino y no podría vivir en otro lugar, aunque tuve ofrecimientos para hacerlo”, asegura.
Integrar este proyecto científico le cambió la vida: “Me cambió la perspectiva comprender que soy parte de un proceso que comenzó hace 13.700 millones de años y que, hace 4.000 millones de años, la Tierra se ubicó en una situación particular con el Sol. Esto hizo que apareciera en un momento determinado la vida y, en ese proceso de la vida, aparecí yo como miembro de esa situación... Y además, esto tiene un término que no superará los 4 ó 5 mil millones de años más. Y después vamos a desaparecer. Entonces, estar acá es una cosa tan afortunada y maravillosa, que no puedo dejar de agradecer todos los días. No hay nada que me pueda tirar abajo. No le puedo pedir más a la vida”, dijo Benedetti -homónimo del poeta uruguayo- a José Curiotto en el programa Palabra.
- ¿Entonces nos acercamos a la explicación de cómo se formó el Universo?
- El hombre no puede descubrir el origen del universo. Lo que el hombre está haciendo es entender cómo evolucionó el universo desde el Big Bang... Qué había antes de eso es muy difícil de poder contestar, al menos hoy”.