Martes 13, asociado también al viernes 13 en otros países, es una coincidencia que a lo largo de los años estuvo asociada a los infortunios y a una fecha en la cual no deben tomarse grandes decisiones ni llevar a cabo importantes acontecimientos.
Martes 13, asociado también al viernes 13 en otros países, es una coincidencia que a lo largo de los años estuvo asociada a los infortunios y a una fecha en la cual no deben tomarse grandes decisiones ni llevar a cabo importantes acontecimientos.
A pesar de que algunas generaciones han dejado de lado esta creencia y decidieron ignorarla, sigue vigente el pensamiento colectivo.
Con el famoso dicho "martes 13, no te cases ni te embarques, ni de tu casa te apartes” como estandarte, muchas personas le atribuyen la mala fortuna a esta ubicación en el calendario.
Hay muchas conjeturas, pero en principio la carga negativa que tiene la fecha no tienen fundamentos científicos, sino que está mas vinculada con mitos y supersticiones que vienen desde el siglo XIV y que cambian según algunas tradiciones tanto de las culturas latinas como sajonas, ya que en algunos países europeos, herederos de la civilizaciones de la antigüedad, y en la mayoría de Latinoamérica, esa carga recae en los martes 13 y en Estados Unidos los viernes 13.
En tanto, los mitos, que forman parte de las creencias de una cultura "son los relatos imaginarios de los pueblos que explican el pasado, cómo se creó el mundo y las cosas que los rodean y sostienen su cosmovisión", precisó la antropóloga, docente e investigadora del Conicet, Inés Gordillo.
En este sentido, señaló que los mitos son "considerados como reales y se renuevan a través de los ritos, que son una práctica concreta que evoca o se relaciona de alguna manera con esos mitos".
En este marco, se inscribe el martes 13 como mito, y su origen tiene que ver con la cultura que le imprimió el sentido, al mismo tiempo que su expansión hacia otros pueblos tiene que ver muchas veces con la transculturación, con las creencias que se imponen por la fuerza de la cultura dominante y se naturalizan como propias o sufren una suerte de apropiación y resignificación.
El origen del número 13 como número de la mala suerte tiene varias explicaciones; la más conocida es la referencia bíblica donde se cuenta que Judas, el apóstol que traicionó a Jesús, fue el invitado 13 de la Última Cena.
Otros relatos, que remiten a la antigua Roma, sostienen que las brujas se reunían en grupos de 12. El 13 se creía que era el diablo.
A su vez, el historiador nórdico Donald Dossey refiere en la National Geographic, que el origen de este mito data de "cuando 12 dioses estaban cenando en el Valhalla (el cielo de la mitología nórdica), y durante la cena el dios 13 no invitado, Loki dios de las travesuras, convence a Hoder, el dios ciego de la oscuridad, para que dispare a Balder el Hermoso, dios de la alegría, con una flecha con la punta de muérdago".
“Balder murió y la Tierra fue invadida por la oscuridad. Fue un día de mala suerte”, dijo Dossey.
A su vez, la precisión del martes para signar el día de la mala suerte, y no cualquier otro día o el viernes, como en otros pueblos, se relaciona según distintas creencias, con la caída de la ciudad de Constantinopla en mano de los turcos, que fue un martes de 1453, fecha dramática para los cristianos que quedó asociado al dios de la guerra, que es Marte.
Otra leyenda dice además que un martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel.
Para los sajones el número asociado con la mala suerte es también el 13 pero no martes, sino viernes porque ese día "es reconocido por los cristianos como el día que Jesús fue crucificado. Además, algunos estudiosos de la Biblia creen que Eva tentó a Adán con la fruta prohibida un viernes. Tal vez lo más significativo es la creencia de que Abel fue asesinado por su hermano Caín en viernes 13", destaca la publicación norteamericana.