Con el título "Amigos, amantes y aquello tan terrible", el actor estadounidense conocido por su personaje de Chandler, desvela en sus memorias los problemas con las drogas que arrastra desde su juventud.
Uno de los protagonistas de la exitosa serie relató cuando tocó fondo, hace cuatro años, tras pasar dos semanas en coma por consumo excesivo de alcohol y opiáceos.
Con el título "Amigos, amantes y aquello tan terrible", el actor estadounidense conocido por su personaje de Chandler, desvela en sus memorias los problemas con las drogas que arrastra desde su juventud.
La revista People compartió varios fragmentos del libro, que saldrá a la venta el 1 de noviembre, donde el intérprete desvela su lucha contra el alcoholismo desde sus 24 años: "Podía manejarlo más o menos. Pero para cuando cumplí 34 años, muchos problemas se habían enquistado".
"Hubo años en los que me mantuve sobrio durante esa época", cuenta: "La temporada 9 fue el año en el que me mantuve sobrio durante todo el rodaje. ¿Y adivinad qué temporada me valió una nominación a mejor actor? Pensé: 'Esto debería decirme algo". En efecto, el actor fue nominado al Emmy en 2002 por su interpretación en la novena y penúltima entrega de la serie.
"No sabía cómo parar", sigue explicando en sus memorias: "Si la policía hubiera venido a mi casa y me hubiera dicho: 'Si bebes esta noche, te vamos a llevar a la cárcel', me habría puesto a hacer las maletas. No podía parar porque la enfermedad y la adicción son progresivas. Así que se vuelve peor a medida que te haces más mayor".
En la autobibliografía el actor revela además que pasó por rehabilitación 15 veces a lo largo de los años y que tocó fondo hace cuatro cuando pasó dos semanas en coma por consumo excesivo de alcohol y opiáceos.
Perry se ha referido en numerosas ocasiones a su adicción al alcohol y a las drogas durante los años que trabajó en la serie que lo catapultó a la fama, razón por la que no es capaz de recordar gran parte del rodaje de las temporadas 3 y 6.
Su peor momento llegó en una de las últimas temporadas cuando el actor tomaba 55 pastillas de Vicodin al día y llegó a pesar 58 kilos. "No sabía cómo parar. No podía parar porque la enfermedad y la adicción son progresivas. Así que iba empeorando a medida que me hacía mayor", cuenta.