Sábado 25.11.2023
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La industria del cigarrillo en Argentina tuvo un fuerte desarrollo durante las últimas décadas del siglo XIX con el ingreso de nueva maquinaria europea y el perfeccionamiento de las técnicas de impresión en colores. En 1912, se registraron más de 1000 fábricas de cigarrillos en todo el país, convirtiendo a este rubro industrial en uno de los más importantes del mundo.
La Compañía Argentina de Tabacos (C. A. T.) monopolizaba el mercado en la década de 1910. Hasta que en 1920, luego de una intensa competencia, se vendió a Piccardo Cia. Fue el desenlace de una feroz guerra comercial y sobre todo publicitaria entre ambas para dominar el mercado del cigarrillo en la Argentina. Las publicidades mostraban como una vencía a la otra en torneos deportivos o campos de batalla, con ilustraciones que eran verdaderas obras de arte.
La tabacalera de Oneto y Piccardo comenzó en 1898 y en la década del ‘20 se convirtió en la empresa tabacalera más importante. Su marca “El 43” está aún vigente con el nombre 43/70.
Por otro lado, durante la segunda mitad del siglo XIX, los obreros tenían arduas jornadas de trabajo de 14 horas. Con las primeras protestas de los trabajadores en 1905 se establece el descanso dominical y en 1907 la jornada de 8 horas para menores y mujeres, y recién en 1929 para los varones. En las fábricas de cigarrillos, los hombres se ocupaban del movimiento de los fardos de tabaco, calderas y picadoras. Las mujeres atendían las empaquetadoras de tabaco, colocaban anillos a los cigarros, pegan las etiquetas y empaquetaban.
Antigua máquina donde se fabricaban cigarrillos.En la ciudad de Santa Fe, Miguel y Joaquín Colmenero fueron los pioneros en la industria del tabaco. Habían nacido en Sevilla (España) en 1855, y en 1884 fundaron la manufactura de tabaco “La Colmena” situada en la esquina de Comercio (hoy calle San Martín) y Salta. Además, la firma elaboraba los cigarrillos “El Cacique” y “Mascota” de 10 centavos.
En 1906, se encontraba la fábrica de cigarros y cigarrillos “La Asturiana” de Menéndez y García. Tenían talleres de elaboración y venta en la calle San Martín. Entre sus marcas más importantes estaban “Puerto de Santa Fe” y “El Indígena”. Hacia 1912, el español Mateo Cañellas tenía sus oficinas en la esquina de 9 de Julio y Tucumán siendo el único agente en la provincia de Santa Fe de la Compañía Argentina de Tabacos (C. A. T) con los cigarrillos “La estrella” y “Canela”.
Con origen en la vecina ciudad de San Justo, la Cigarrería y Papelería del Norte, del señor Julierac, inmigrante uruguayo que junto a sus dos hijos fabricaban la marca “El Indio”. Hacia 1906, se mudan a nuestra ciudad, como la Cigarrería del Norte, sobre San Gerónimo y Tucumán. En 1908, un inmigrante alemán, Obermann, se afincó en San Justo, a fines del siglo XIX, y se asoció con la familia Julierac para fabricar las marcas de cigarrillos “El Inca” y “Santafesinos”.
Fotografía del talles de empaquetados.La fábrica de cigarrillos Santa Fe, un modelo de crecimiento local
En 1914, la Argentina era un país urbanizado; más del 50% de la población vivía en centros de más de 2.000 habitantes. Para mediados de la década del ‘20, la ciudad de Santa Fe contaba con 60.000 habitantes y un tejido urbano que crecía hacia el norte para trasformarse en una plaza comercial importante en el interior del país.
Publicidad del 43 en la primera edición del diario El Litoral en 1918En 1921, los señores Grimaldi, Real y Boecker, se asociaron para dar comienzo a una nueva fábrica de cigarrillos en la ciudad. Desde el archivo del diario El Litoral, pudimos hallar una crónica que nos muestra el desarrollo de esta actividad en la ciudad. Acompañaba el texto escrito, con más de cien años, una serie de fotografías de aquella fábrica y sus trabajadores.
Así titulaba El Litoral un informe sobre la industria.Boecker, había sido empleado de la fábrica La Colmena durante 12 años. Un buen día decidió asociarse junto a Grimaldi y Real para llevar adelante su propia fábrica sobre la calle Humberto Primo 109 (hoy calle Hipólito Yrigoyen). Empezaron con las maquinarias y elementos más indispensables, con el tiempo, la ciudad le dio el espaldarazo necesario para continuar y favorecer la producción con nuevas y modernas técnicas y herramientas. Empleando a 45 obreros y algo que caracterizaba a la fábrica era que habían mejorado las condiciones de limpieza en la fabricación, debido a que, como por aquellos años, numerosos fumadores enfermaban por infecciones provenientes de la falta de limpieza e higiene en la elaboración de los cigarrillos.
La venta mensual de cigarrillos era de 150.000 paquetes “La Cigüeña” de 0,10 centavos y “Santa Fe” de 0,20 centavos. El mercado local era complementado con el norte de la provincia y el Gran Chaco. Centenares de trabajadores del obraje en “La Forestal” (aquella empresa monopólica británica dedicada a la extracción de tanino y la explotación de madera del quebracho) fumaban cigarrillos Santa Fe.
Las industrias publicaban sus anuncios en las páginas de El Litoral.El tabaco con el que realizan los cigarrillos, era importado. Fueron años de bajo costo internacional, permitiendo servir a la clientela del mejor y más rico tabaco mundial. Sumado a singulares concursos, típicos de la época, como por ejemplo el de que por cada marquilla de los cigarrillos “Santa Fe” se pagan 0,3 centavos, y por cada paquete se pagaban 0,10 centavos.