A lo largo de 2020 desde El Litoral se profundizó en un estilo de artículos que hacen foco en una historia puntual de Santa Fe contada desde nuestros tiempos, con el agregado del contenido multimedia que genera un valor agregado.
A lo largo de 2020 desde El Litoral se profundizó en un estilo de artículos que hacen foco en una historia puntual de Santa Fe contada desde nuestros tiempos, con el agregado del contenido multimedia que genera un valor agregado.
Una o varias fotos, un recorte de un antiguo diario o la anécdota de quien vivió hace décadas atrás sirvieron de puntapié inicial para embarcarse al rescate de historias que están ahí, flotando en el archivo o en el imaginario popular.
Precisamente, por su vasta trayectoria como medio tradicional de Santa Fe, Diario El Litoral cuenta con una mina de oro en materia de archivo. Son 102 años de noticias, fotos y videos guardados que sirven de sustento para traer al presente el pasado.
Así nació el espacio “Memorias de Santa Fe”.
La historia de una plaza, de un puente olvidado, de un parque, de la llegada de submarinos a la ciudad de Santa Fe o simplemente el recuerdo de un visitante ilustre a las colonias agrícolas en el siglo XIX, son algunas de los artículos que se destacaron en este 2020.
Un capítulo aparte se llevó la bajante histórica del Río Paraná que se registra desde marzo en la región. El recuerdo de fenómenos similares que dejaron la Laguna Setúbal casi seca, o cuando se podía cruzar a pie el espejo de agua de la ciudad capital.
La mayoría de ellas tuvo una buena recepción del público que ingresa a la web de El Litoral. Además, este tipo de contenidos generó un feedback importante en las redes sociales que, en algunos casos, “viralizaron” el artículo por Facebook y Twitter, principalmente.
La sección “Memorias” comenzó a fines de 2019 con una serie de notas en el interior de la provincia de Santa Fe con el relato de historias de pueblos de departamentos Las Colonias, Castellanos y San Jerónimo.
De esta manera, se trajeron al presente el recuerdo de la Cervecería San Carlos, el ya desaparecido pueblo de Oroño y su enorme molino que aún se mantienen partes de su estructura, la historia de dos pueblos en uno en Matilde y el misterio de la masonería en Zenón Pereyra.
A pocos kilómetros de la ciudad de Santa Fe, yacen los restos de un viejo puente sobre el Río Salado que durante mucho tiempo unió la capital de la provincia con la ciudad de Esperanza. Se trata del Puente Mihura, cuya habilitación data de mediados del siglo XIX. El paso de los años, la naturaleza y la poca inversión de los gobiernos hicieron que esta conexión vaya perdiendo su valor. En el medio quedaron innumerables anécdotas, desde la historia del inmigrante que construyó el puente hasta las vivencias de las familias que habitaron la estancia ubicada al pie del viaducto.
En el corazón de la ciudad de Santa Fe, entre fines del Siglo XIX y principios del XX un lago artificial era lugar de encuentro para la ciudadanía. Con la creación del Bulevar Gálvez, el lugar fue rellenado y se convirtió en lo que hoy se conoce como “Plaza Pueyrredón”.
Escenario de innumerables anécdotas, este espacio público atravesó un tiempo oscuro plagado de vandalismo y delincuencia. Luego, en los últimos años se remodeló y volvió a brillar para todos los vecinos.
En 1944, una bajante del Río Paraná afectó sensiblemente la región. En la ciudad de Santa Fe, la Laguna Setúbal quedó reducida a una mínima expresión. Las crónicas de la época hablaban de la “desaparición” de la laguna como tal. “Un inmenso prado, un arenal con fajas de verdes gramíneas o plantas silvestres es lo único que se ve...Parece increíble pero es la verdad: ¡la laguna ya no existe!”, publicó el diario “El Orden” en septiembre de ese año.
A mediados de la década de 1920, la República Argentina comenzó los trámites para adquirir tres submarinos. Luego de 11 años, los sumergibles fueron puestos en funciones nada menos que en la ciudad de Santa Fe.
En el puerto local, las flamantes incorporaciones de la Armada llegaron a mediados de octubre de 1933 para la sorpresa de toda la ciudadanía . Esa jornada fue una fiesta y se recibió a los submarinos con las mejores galas.