En una impresionante demostración de avances tecnológicos, las fuerzas armadas del Reino Unido han marcado un hito al probar con éxito "DragonFire", una revolucionaria arma láser capaz de derribar drones en pleno vuelo.
Este desarrollo representa el primer disparo de alta potencia efectuado en suelo británico dirigido contra objetivos aéreos.
En una impresionante demostración de avances tecnológicos, las fuerzas armadas del Reino Unido han marcado un hito al probar con éxito "DragonFire", una revolucionaria arma láser capaz de derribar drones en pleno vuelo.
Este desarrollo, según el Ministerio de Defensa británico, representa el primer disparo de alta potencia efectuado en suelo británico dirigido contra objetivos aéreos, utilizando la tecnología de energía dirigida por láser (LDEW).
La eficacia de DragonFire quedó demostrada durante su primera prueba de campo, derribando con éxito varios drones en las Hébridas, un escenario situado frente a la costa de Escocia. Lo destacable de esta arma es su precisión quirúrgica, capaz de alcanzar objetivos del tamaño de una moneda a un kilómetro de distancia.
Este nivel de precisión fue puesto de relieve en una declaración conjunta del Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa y el Ministerio de Defensa, que, sin embargo, mantuvo en secreto el alcance exacto del arma, proporcionando únicamente impresionantes imágenes de un haz rojo impactando contra un objeto en el cielo nocturno.
Una de las ventajas más significativas de este sistema es su economía operativa. En comparación con los caros misiles antidrones, que, según medios de comunicación, pueden costar hasta 2 millones de dólares cada uno, el láser DragonFire opera a un coste "típicamente inferior a 10 libras (aproximadamente 13 dólares) por disparo", asegura el Gobierno británico.
Además de precisión y economía, el uso de láseres minimiza los daños colaterales. A diferencia de los misiles, que pueden desviarse y causar estragos no deseados, los láseres tienen un alcance controlado que seguirá viajando hasta la atmósfera terrestre, lo que reduce considerablemente el riesgo de afectar a zonas no previstas.
"Este tipo de armamento de vanguardia tiene el potencial de revolucionar el espacio de combate al reducir la dependencia de la costosa munición, al tiempo que disminuye el riesgo de daños colaterales", afirmó Grant Shapps, secretario de Defensa del Reino Unido.
Sin embargo, el camino hacia la implementación generalizada de las armas láser no está exento de desafíos. Entre ellos, según explica Live Science, se encuentra la dificultad y el elevado coste de producción de los directores de haz, esenciales para guiar los disparos láser hasta sus objetivos.
A esto se suma el hecho de que los láseres antidrones presentan un alcance más limitado comparado con los misiles tradicionales y enfrentan dificultades para derribar objetivos hipersónicos debido a su incapacidad para suministrar la potencia requerida de manera suficientemente rápida.
Otro factor determinante para el éxito de las armas láser reside en la precisión con la que se ajusta su intensidad. Según el medio científico, un haz excesivamente potente puede dispersarse al interactuar con el aire, mientras que un haz insuficientemente potente podría resultar ineficaz contra el objetivo.
Además, el rendimiento del láser se ve comprometido en condiciones meteorológicas desfavorables, ya que elementos como las gotas de lluvia tienen la capacidad de absorber o dispersar la luz, mermando así su capacidad operativa.
Como señala Gianluca Sarri, catedrático de la Escuela de Matemáticas y Física de la Universidad Queen's de Belfast, en el artículo de la revista The Conversation, el mantenimiento de la estabilidad del láser sobre plataformas móviles o contra objetivos que se mueven rápidamente presenta sus propios desafíos.
"Es como intentar acertar en la diana de un tablero de dardos estando de pie sobre una tabla de equilibrio", escribió Sarri, enfatizando que, aunque estos retos afectan la precisión, no incrementan el riesgo de daños colaterales.
A pesar de estos obstáculos, la adopción de tecnología láser está ganando terreno a nivel global, como lo demuestra una demostración realizada por la Marina estadounidense en febrero de 2022, donde se mostró un arma láser capaz de destruir objetivos.
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