Volver a armar las piezas de un cuerpo no solamente contiene ciencia, sino que vuelve a trazar los hechos vívidos, a descubrir quiénes eran, por qué murieron.
Luis Bernardo Fondebrider, fundador de la organización Equipo Argentino de Antropología Forense, describe cómo aprendió a ver a los muertos con ojos forenses. Una rama de la ciencia muy simbólica que ayuda a resolver crímenes mediante el análisis de esqueletos humanos.
Volver a armar las piezas de un cuerpo no solamente contiene ciencia, sino que vuelve a trazar los hechos vívidos, a descubrir quiénes eran, por qué murieron.
En diálogo con este medio el antropólogo forense, Luis Bernardo Fondebrider, detalló su rol en la ciencia forense. Explicó el proceso de análisis de esqueletos y cómo contribuye a las investigaciones.
"Un cuerpo que está esqueletizado es porque alcanzó un proceso de descomposición desde un cadáver fresco que terminó haciendo un esqueleto, lo que hace que su análisis sea más complejo ya que necesita más especialistas, específicamente un antropólogo forense analizando los restos esqueléticos. Los objetivos son usualmente el terminal de identidad del esqueleto, la causa de muerte de la persona y cualquier observación que el antropólogo forense pueda hacer", dijo Fondebrider.
"Sobre los restos esqueletarios, el antropólogo forense, con contribuciones del médico forense, del odontólogo forense y el especialista en imágenes, lo que comúnmente se llama radiología, no se trata de empezar determinando si es un caso, si son restos humanos o son de animales lo que parece simple, pero cuando uno tiene fragmentos no es tan sencillo. En segundo lugar, determinar si es un caso de interés forense o es histórico; muchas veces se encuentran cuerpos que son arqueológicos o históricos. Y en tercer lugar, cuántos individuos están representados en la muestra. A continuación lo que se hace es establecer lo que se llama el perfil biológico, estimar el sexo, la edad, el origen étnico y la estatura del esqueleto.
-¿Cómo definiría la antropología forense?
-Hay varias definiciones y han ido cambiando a lo largo del tiempo. Pero elijo la que es de la Asociación Latinoamericana de Antropología Forense (ALAF): la AF es la aplicación de las teorías, métodos y técnicas de la antropología social, la arqueología y la antropología biológica a los procesos de búsqueda, recuperación de cadáveres y de identificación humana, así como el esclarecimiento de los hechos en apoyo al sistema de administración de justicia y al trabajo humanitario (ALAF, 2015).
-¿Qué le llevó a dedicarse a la antropología forense?
-Trabajo en antropología forense desde hace 39 años. Comencé en 1984 cuando era estudiante debido a lo que pasó en la Argentina con los miles de desaparecidos, con la llegada de un antropólogo forense norteamericano el doctor Clyde Snow, que convocó a un grupo de estudiantes porque los profesionales no querían dedicarse a esto. Él nos formó los primeros años en la Argentina y a partir de ahí comencé a trabajar en el equipo argentino de Antropología Forense, del cual fui presidente hasta 2021, que fui contratado por la comitiva internacional Cruz Roja como jefe forense en Ginebra, pero estos 37 años que trabajaba con el equipo antropología forense tienen que ver por mi interés en colaborar con las familias de los desaparecidos en la Argentina y, a partir de ahí, he trabajado en 63 países del mundo investigando casos de violencia política, conflicto Junto con los colegas de mi equipo.