El 21 de septiembre de 2008 saltó a la fama cuando el periódico Territorio Digital publicó una nota con el título: “Comparten todo, hasta el novio”.
La historia relataba que un trabajador del volante de la mediterránea San Vicente estaba en pareja, no con una mujer, sino con dos. Un condimento más que hizo que la historia explotara en cada centímetro de la geografía de este país: eran gemelas.
De esa tapa del diario al living de la diva Susana Giménez hubo un trecho muy corto. Enseguida las entrevistas en las radios fueron muy frecuentes, los temas musicales que les compusieron a Marisa y Liliana Kuegler, las novias en cuestión, tuvieron sus quince minutos de gloria; y el trabajo tupido para ellas, que como promotoras hasta fueron contratadas hasta por la Secretaría de Turismo de Misiones, para el stand de Misiones en la Feria Internacional de Turismo. Ayer, esta historia comenzó a cerrarse.
El hombre que saltó a la fama por tener por novias a las gemelas Marisa y Liliana, murió ayer por un cuadro de “demencia cerebral progresiva”. Se trata de Juan Carlos López, de 33 años de edad. López era el dueño de una remisería sanvicentina y conoció a las hermanas una noche en la que él conducía un auto y ellas eran las pasajeras. López se enamoró instantáneamente, expresaba que sufría con tener que elegir entre una de las dos, que las amaba a ambas.
Entonces tomó valor y las citó para decirles: “Me tienen que perdonar, pero estoy enamorado de las dos”. Ellas aceptaron su propuesta y convivieron en una relación que los hizo famosos en toda la Argentina.
Liliana Kuegler, una de sus novias, le contó ayer al diario que dio la primicia, que “hace dos años que venía estando internado en diferentes clínicas de Argentina y Brasil. Tenía demencia progresiva, eso fue lo que le detectaron unos especialistas en Buenos Aires, había perdido la movilidad ni siquiera podía alimentarse”.
Añadió con mucho dolor, “estuvimos haciendo todo lo que se pudo durante dos años, pero era algo que no tenía cura, el 13 de agosto cumplió 33 años”
Salto a la notoriedad
La historia de las hermanas Liliana y Marisa Kuegler se hizo conocida en el país, así como todos los medios, hasta ignotos sitios digitales lo tomaron como un escándalo. La repercusiónque tuvo cuando se conoció la relación, fue similar ayer cuando gran cantidad de diarios virtuales se ocuparon de su deceso.
Marisa y Liliana Kuegler nacieron en El Soberbio y desde el 2004 se radicaron en San Vicente, a El Territorio le narraron que se sienten una misma persona y les resulta imposible separarse siquiera por unas horas. Cuando el diario las entrevistó por primera vez explicaban la relación con mucha tranquilidad. Le contaron a este diario que: “La gente de mi familia lo toma como algo normal. Yo dependo de ella para todo y ella también de mí. La persona que está con nosotras lo entiende así, es estar con una sola persona”.
En 2008, las chicas tenían 25 años, su origen se dio en una familia humilde y trabajadora, crecieron en la chacra y cursaron sus estudios en la Escuela de Familia Agrícola 804. Cuando terminaron el colegio secundario vieron frustrados sus sueños de crecer y lejos de querer seguir en la chacra, decidieron mudarse a la casa de su hermana mayor Marcia, en San Vicente. Ni bien arribaron allá se convirtieron la sensación del lugar. Sus esculturales cuerpos, su cabellera rubia perfectamente complementada con el color de sus ojos celestes no pasaron desapercibidos. Durante dos años fueron las conductoras del programa “El especial de las gemelas” que se emitía por el canal local los martes, jueves y sábados de 19 a 21. Además de dedicarse a ser promotoras de marcas zonales.
De la relación con Juan Carlos, recordaron aquellos tiempos felices para el trío: “Tomábamos mates, charlábamos en el centro, nos invitaba a cenar, siempre a las dos, nosotras nos hablábamos de que estábamos enamoradas de él, pero no íbamos a dar el primer paso”.
“Me tienen que perdonar pero estoy enamorado de las dos”, fue la frase que eligió para conquistarlas. “Para nosotras era lo más lindo que habíamos escuchado”, señalaron ellas.
Hijos e internación
El año pasado fue que transcendió que Juan Carlos López había sido internado en una clínica psiquiátrica obereña, lo que también se hizo público es que, luego del tremendo revuelo que había causado que su historia con las gemelas se conociese, sufrió un trastorno nervioso a raíz de las exigencias económicas que le demandarían otras cuatro mujeres con las que tendría hijos.
Todo se le había juntado al remisero, lo había afectado el alto grado de exposición pública y al poco tiempo había fallecido su madre, con quien tenía mucha afinidad y los unía un gran afecto. Según allegados, la muerte de su mamá fue un golpe demasiado duro y ofició de disparador para el cuadro de depresión que lo aquejaba, al punto que durante dos semanas permaneció internado en una clínica psiquiátrica de San Vicente.
“Primero hablaba poco y nada, pero se fue soltando y comentó que estaba muy cansado porque tenía que hacer muchos viajes para poder pasarle plata a las madres de sus hijos, que aparte le dicen: ahora sos famoso y nos tenés que ayudar más”, había relatado las gemelas cuando conocieron de boca de Juan Carlos que andaba muy mal.
Fuente: TerritorioDigital.com (Misiones)