Cómo impacta la violencia narco en los trasplantes de órganos
Con más de 220 asesinatos en lo que va del año producto del creciente aumento de las disputas narco en Rosario y con el Cudaio aportando el 11,5% de los órganos trasplantados en la última década, ¿es posible que los cuerpos violentados puedan ser utilizados para este tipo de operaciones?
Cómo impacta la violencia narco en los trasplantes de órganos
La provincia de Santa Fe expone dos caras totalmente contrarias, pero que la posicionan en el podio nacional. Por un lado, es la tercera región con más trasplantes de órganos, aportando el 11,5% de los órganos de la Argentina, según cifras del Incucai. Pero por el otro, con Rosario a la cabeza, también se ubica entre los distritos más violentos a nivel nacional, batiendo todos sus antecedentes.
Con más de 220 homicidios en lo que va del año, la violencia narco en Rosario viene arrojando cifras récord de personas asesinadas. De continuar este índice, el 2022 se podría convertir en el año más sangriento de la última década.
Cifras escalofriantes
En base a datos propios de Mirador Provincial y al informe que genera en forma periódica la Dirección de Política Criminal de la Secretaría de Política Criminal y Derechos Humanos - Fiscalía General, la Subsecretaría del Observatorio de Seguridad Pública y la Subsecretaría de Prevención y Control Urbano del Ministerio de Seguridad, ya son 2 los asesinatos registrados en los primeros días de octubre y un total de 224 en 276 días del 2022 en el departamento Rosario, manteniendo el promedio de un homicidio cada 29 horas. Este año se encamina a ser el año más violento desde que se manejan informes estadísticos.
Las muertes ocurren a cualquier hora del día, en distintos puntos de la ciudad. De vez en cuando se "escabulle" un hecho violento en algún otro punto del departamento, pero está más que claro que la Cuna de la Bandera es la capital de la violencia, la muerte y el sicariato.
Al mismo tiempo, las recientes estadísticas oficiales publicadas por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) revelaron que en el período de diez años desde 2012 a la actualidad el 11,5% de los órganos implantados en el país se originaron en 693 donantes de la provincia de Santa Fe.
La cantidad total reflejada por ese porcentaje es de 1895 órganos ablacionados, que posibilitaron el trasplante de 1809 personas, algunas de las cuales recibieron implantes multiorgánicos (combinación de dos órganos como, por ejemplo, renopancreático o cardiopulmonar).
Con tantos trasplantes de órganos en los últimos tiempos y, a su vez, demasiadas muertes en las calles, cabe preguntarse si estos cuerpos violentados pueden servir para trasplantes. Mirador Provincial consultó al director provincial del Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos y Tejidos (Cudaio), Mario Perichón, para saber si era posible y si movían el amperímetro de las operaciones.
Perichón explicó que ellos necesitan que haya una "muerte encefálica" con la posibilidad de mantener el corazón latiendo automáticamente a través del respirador y con drogas para lograr extraer los órganos viables.
Esto se produce, "en el 99% de los casos", en individuos que están internados en Unidades de Terapia Intensiva con "una injuria grave del sistema nervioso central".
Es que, según explicó Perichón, "hay tres formas de morir" para poder ser donantes de órganos: el disparo de arma de fuego en el cráneo con indemnidad del resto del cuerpo, el traumatismo craneoencefálico grave o el Accidente cerebrovascular (ACV).
"Una persona que fue víctima de una balacera y que muere con un disparo en el cráneo pero que, a su vez, también recibió varios disparos en el abdomen o en el tórax, sería imposible que sus órganos sirvan porque estarían dañados por los proyectiles", admitió el especialista.
El director del Cudaio indicó que puede haber "algo más de demanda" producto de las incesantes muertes violentas, pero confirmó que en realidad "la mayor cantidad proviene de los casos de muerte por traumatismos craneoencefálicos y no de los baleados".
Esto es así, continúa Perichón, porque "hay muchísimos más casos de personas que fallecen en accidentes de tránsito que por balas".
No obstante, "esto no quiere decir que no hayamos utilizado órganos de gente que ha sido baleada, pero son los menos por lo que vengo mencionando de morir de cierta manera".
El director del Cudaio, Mario Perichón, indicó que puede haber "algo más de demanda" producto de las incesantes muertes violentas, pero confirmó que en realidad "la mayor cantidad proviene de los casos de muerte por traumatismos craneoencefálicos y no de los baleados".