Se ha descubierto la existencia de más de 5.000 planetas más allá del sistema solar, un hito para la astronomía confirmado el lunes por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA).
El objetivo ahora es hallar mundos donde existan posibles condiciones habitables.
Se ha descubierto la existencia de más de 5.000 planetas más allá del sistema solar, un hito para la astronomía confirmado el lunes por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA).
Los más de 5.000 planetas descubiertos hasta ahora incluyen pequeños mundos rocosos como la Tierra, gigantes de gas muchas veces más grandes que Júpiter y "jupíteres calientes" en órbitas abrasadoramente cercanas a sus estrellas, de acuerdo con la NASA.
Estos exoplanetas han sido confirmados utilizando múltiples métodos de detección o mediante técnicas analíticas. De acuerdo con la NASA, poderosos telescopios de próxima generación y sus muy sensibles instrumentos, empezando con el recientemente lanzado Telescopio Espacial James Webb, captarán luz de las atmósferas de los exoplanetas e interpretarán los gases presentes para potencialmente identificar señales de condiciones habitables.
"No es sólo un número" , dijo Jessie Christiansen, jefa científica de archivos y científica investigadora del Instituto de Ciencias de Exoplanetas de la NASA en Caltech, en Pasadena. "Cada uno de ellos es un nuevo mundo, un planeta completamente nuevo. Me emociona cada uno de ellos porque no sabemos nada de ninguno", agregó.
Cómo encontrar otros mundos
La imagen no siempre estuvo tan clara. El primer planeta detectado alrededor de una estrella parecida al Sol, en 1995, resultó ser un Júpiter caliente: un gigante gaseoso de cerca de la mitad de la masa de nuestro propio Júpiter en una órbita extremadamente cercana de cuatro días alrededor de su estrella. En otras palabras, un año en este planeta dura solo cuatro días.
Más de estos planetas aparecieron en los datos de los telescopios terrestres una vez que los astrónomos aprendieron a reconocerlos, primero por decenas y luego por cientos. Fueron hallados utilizando el método de “oscilación”: rastreando los leves movimientos de vaivén de una estrella, causados por los tirones gravitacionales de los planetas en órbita. Pero aún así, nada parecía ser habitable.
Encontrar mundos pequeños y rocosos más parecidos al nuestro requería el siguiente gran salto en la tecnología de la caza de exoplanetas: el método de “tránsito”. Al astrónomo William Borucki se le ocurrió la idea de conectar detectores de luz extremadamente sensibles a un telescopio, y luego lanzarlo al espacio. El telescopio observaría durante años un campo de más de 170.000 estrellas, en busca de diminutas bajadas en la luz de las estrellas cuando un planeta pasaba frente a ellas.
Esa idea fue hecha realidad en el telescopio espacial Kepler. Borucki, investigador principal de la misión Kepler, que ahora está retirada, dice que su lanzamiento en 2009 abrió una nueva ventana al universo.
“Tengo una verdadera sensación de satisfacción y realmente de asombro por lo que se encuentra allá afuera”, dijo. “Ninguno de nosotros esperaba esta enorme variedad de sistemas planetarios y estrellas. Es simplemente increíble”.