¿Nuevas predicciones? La reveladora carta de una estudiante del año 1969
El texto escrito a mano por una estudiante con visiones del futuro fue encontrado dentro de un sofá antiguo.
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Una colegiala de 11 años de edad, en una carta que escribió en 1969, predijo la invención de las videollamadas. El misterioso documento, que incluye las notas de un maestro, fue encontrado por un restaurador de muebles de 67 años identificado como Peter. La halló en el respaldo de un objeto antiguo que le llevó un cliente después de haberlo comprado de segunda mano.
El documento ,que fue dado a conocer por Rosa Beckerton, esposa de Peter, está fechado el 23 de febrero de 1969 y parece haber sido escrita por una niña que imagina el estado del mundo en 1980.
En el escrito, la menor predice acertadamente un gran cambio en la tecnología en la que pronostica la llegada de la comunicación a través de plataformas como Zoom que permite comunicarse a través de videollamadas con personas que se encuentran en diferentes lugares del país y del mundo.
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Al describir el regreso de su esposo a casa del trabajo escribe: “'Hola querida', me dijo. 'Solo tengo que llamar a mi amigo por teléfono'".
“'Bueno, será mejor que te arregles un poco. En 1969, el teléfono era una caja cuadrada con un resiver (sic) encima", dijo.
“Pero ahora puedes ver a la gente con la que estás hablando, porque hay una pantalla. Es un poco como una televisión", desarrolló.
El tapicero Peter, de 67 años, encontró la nota metida en el respaldo de un sofá que le enviaron para restaurar luego de haberlo comprado de segunda mano.
Su esposa Rosa, de 66 años, de Peterborough, Cambs, decidió hacerla pública con un objetivo claro: encontrar a la autora, que ahora tendría unos 62 años.
“Cuando mi esposo me lo mostró, no lo podía creer. Fue muy interesante, porque mirándolo hoy, muchas de sus predicciones son correctas, pero en su forma infantil e inocente", reflexiona Rosa.
"Peter encuentra todo tipo de basura metida en los lados de los sofás y muebles, pero nunca nada tan interesante como esto", suma la mujer.
Claro está, la inquietante carta no tiene nombre, pero viene completa con las correcciones y comentarios de un maestro en bolígrafo rojo, incluida una suerte de nota: "Bueno".
La carta manuscrita comienza de este modo: “El año es 1980, la hora es el polvo de la luna y media. Aquí tengo veintiún años, sentada en un colchón de aire".
Y continúa con un ejemplo elocuente: “Recuerdo cuando tenía 11 años y estaba en la escuela, las cosas han cambiado desde entonces. La televisión, por ejemplo. En 1969 era una caja cuadrada con perillas delante. Ahora es una pantalla grande con botones en el brazo de su silla para encenderla y apagarla".
La alumna también se imagina que está casada y trabaja en un banco. Dice que en tiempos pasados ella habría "preparado té" listo para que su esposo regresara a casa.
Pero aporta como novedad: “Todo lo que tenemos es un chicle para comer. Puedes pensar que no tenemos suficiente para comer pero te equivocas, porque este chicle es comida".
Y argumenta: “Con esta goma de mascar sientes que la comida baja. También puedes probarla. No hay que hacer un lío fregando después".
Además, adelantada para su tiempo, se imagina que las puertas de su casa son “eléctricas” y se accionan mediante botones.
Para finalizar, la inquietante carta finaliza con un simple pero cierto pensamiento: "Realmente, cuando pienso en esos diez años, las cosas cambiaron enormemente".