Por estos días en las redes sociales se menciona mucho el "Pan de muerto", un dulce típico mexicano que se come en la semana de las celebraciones por el Día de los Muertos.
Se trata de un panificado especial asociado íntimamente a la celebración del Día de Muertos, festividad que puede durar desde un día hasta una semana durante el mes de noviembre, dependiendo de la región.
Por estos días en las redes sociales se menciona mucho el "Pan de muerto", un dulce típico mexicano que se come en la semana de las celebraciones por el Día de los Muertos.
El pan consiste en una pequeña esfera en el centro de la parte superior que figura ser un cráneo y cuatro brazos o "canillas", que representan huesos.
Esta forma simboliza los cuatro rumbos del nahuolli o universo.
Conforme ha pasado el tiempo el Pan de Muerto mostró diferentes formas de preparación.
Por ejemplo, en la Ciudad de México y el centro del país, las panaderías utilizan pan sencillo espolvoreado con azúcar. Pero en el estado de Michoacán se elabora con "pan de hule", que es de color moreno brilloso, forma redonda y tienen dedicatoria a un difunto.
El pan de muerto de los valles de Oaxaca es un gran pan de yema al que se le ha incrustado una figura de alfeñique que representa al ánima a quien se dedicó el pan; en la sierra sur y costa de Oaxaca el pan de muerto tiene figura humana que puede llevar incrustado la figura de alfeñique.
En Puebla se elabora de manera sencilla con ajonjolí o azúcar roja.
En Cancún el pan de muerto es un pan distinto desde hace más de 300 años de la conquista española y Antonio Aguirre empezó a hacer un pan hecho con yemas de huevo y decorada con pedazos de pan como huesos del dedo.
Su origen recala en las ofrendas de muertos de las culturas prehispánicas. En sus inicios eran de diferentes formas, como mariposas o rayos y están hechos de amaranto y maíz seco y tostado, de acuerdo a lo que describe el misionero franciscano Bernardino de Sahagún.