Viernes 10.1.2025
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En el verano de 1977 los habitantes de los mares más alejados del mundo se dieron cita en el centro santafesino: en el local de Unión y Benevolencia, sobre calle 25 de Mayo, se realizó “Acuarama 77”, una muestra ictícola sin precedentes en el país, con especies provenientes de diferentes latitudes.
Pez de cristal. Foto: ArchivoPero la historia arranca muchos años antes en Bologna, Italia. Corría 1956 cuando un joven llamado Mario Bortolozzi decidió que su interés por los peces era más que un hobby y que iba a ocupar un lugar central en su vida. Y dedicó la mayor parte de su tiempo a la acuarofilia, es decir la afición por criar y cuidar organismos acuáticos bajo condiciones controladas.
Cuando decidió, en 1973, venir a nuestro país poseía un bagaje importante y la decisión firme de continuar incorporando piezas, entre más extrañas y curiosas mejor. En Argentina, señala El Litoral en su edición del 11 de enero de 1977, conoció a dos santafesinos, Miguel Colasanti y Miguel Assenza, quienes se sintieron atraídos por la afición del boloñés.
Archivo El LitoralEl contacto entre los tres terminó en la muestra de peces internacionales “Acuarama 77” que los santafesinos pudieron apreciar durante el verano de 1977, en lo que fue “la primera exposición de peces internacionales que se brinda en nuestro país”, según El Litoral.
“Acuarama 77” contó con cerca de mil peces de 150 variedades procedentes de África, Asia, China, Japón, India, América Central, Alemania, Francia, Bélgica e Inglaterra. Los mismos fueron traídos al país por vía aérea, en bolsas especiales de polietileno, el único sistema posible.
Pez cirujano. Foto: KerchakEntre las variedades más curiosas que pudieron ver los visitantes -según la información vertida en su momento por El Litoral- figuran el Pez de Vidrio, original de la India, de cuerpo transparente que permite observar su organismo interno con perfecta visibilidad. El Pez Neón, oriundo del Brasil, cuya fosforescencia ilumina la pecera.
Tilapia. Foto: ArchivoOtros ejemplares de mucho interés fueron el Tilapia, de África, cuya originalidad consiste en que cría sus hijos dentro de su propia boca y simultáneamente los alimenta, y el Pez Cirujano. La exposición ictícola se mantuvo abierta hasta el 10 de febrero de 1977, tras lo cual se trasladó a Paraná, Rafaela y otras ciudades aledañas.