Según investigadores británicos, Europa, Oceanía y partes de Asia deberían reanudar el turismo y los viajes entre estos territorios a partir de julio, mientras que los países que no vacunen quedarán aislados.
A medida que avanzan los programas de vacunación contra la covid-19 en distintos países, especialmente en los más ricos, el mundo podría quedar dividido a final de año por zonas de riesgo.
Según el virólogo Julian Tang, de la Universidad de Leicester, en Reino Unido, se espera que las naciones europeas, las de Oceanía, Israel y partes de Asia como Singapur y Corea del Sur, restablezcan el comercio, el turismo y los viajes entre estos territorios desde mediados de año, posibilitando que sus economías vuelvan a funcionar.
Los países que no completen la vacunación de la población y no controlen la aparición de nuevas variantes pueden terminar aislados del resto del mundo y clasificados de manera oficial o informal como zonas de riesgo "amarillas" o "rojas".
Las naciones que sufrirán mayor aislamiento son aquellas que no han adoptado sistemáticamente medidas de control del covid-19 ni negociado con anticipación la compra de vacunas, como es el caso de Brasil, que ya superó los 300.000 muertos por coronavirus y es visto por los científicos como una potencial fuente de variantes.
Hasta la fecha, alrededor de 9 millones de personas han recibido al menos una dosis de vacuna en el país. El número puede parecer alto, pero representa solo el 4,26% de la población brasileña.
"Brasil es el ejemplo de todo lo que podía salir mal en una pandemia"
Hoy, Brasil solo tiene dosis de las vacunas Oxford-AstraZeneca, que serían insuficientes para inmunizar a toda la población mayor de 18 años en 2021.
El 15 de marzo, el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, prometió comprar más de 100 millones de dosis de vacunas de Pfizer y Johnson & Johnson.
Brasil vacunó a 9 millones de personas, lo que es impresionante en números absolutos. Pero eso representa poco más del 4% de la población y faltan dosis para el resto.
Los países pobres, que carecen de recursos para adquirir vacunas, también sufrirán el aislamiento, lo que aumentará la desigualdad social entre los hemisferios norte y sur, dice el profesor Peter Baker, subdirector del departamento de Salud Global y Desarrollo del Imperial University College de Londres.
"Podríamos terminar el año con un sistema de zonificación, con partes del mundo vacunadas y partes no", dijo a BBC News Brasil.
"Y si decidimos adoptar políticas basadas en la inmunidad adquirida por los países a través de la vacunación, veremos limitaciones en los derechos, los viajes y la economía de los países pobres que ya están teniendo dificultades para acceder a las vacunas".
El virus incontrolado en un país es una amenaza global
El investigador Charlie Whittaker, del Imperial College, advierte que, aunque se imponen restricciones de viaje entre países, el mundo solo estará completamente protegido de la covid-19 si todas las naciones inmunizan a sus poblaciones.
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Whittaker dirigió una investigación sobre la variante de Manaos, en Brasil, que reveló que esa cepa es entre 1,4 y 2,2 veces más transmisible que el virus original.
El estudio también demostró que esta variante, apodada P.1, es capaz de evadir al sistema inmunológico de infecciones previas en un 25% a un 61% de los casos.
Esto significa que puede reinfectar fácilmente a cualquiera que haya tenido covid-19.
Aunque muchos países han impedido vuelos desde Brasil e impuesto cuarentenas y pruebas de covid-19 a quienes desembarcan desde allí, ya se ha detectado P.1 en 25 países.
También la variante del Reino Unido se ha extendido a EE.UU., y la de Sudáfrica llegó a Europa.
"Nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo. Y asegurarnos de que estamos a salvo significa limitar la posibilidad de que surjan variantes. Las medidas de control son útiles para lograr esto, pero quizás aún más importante es garantizar una estrategia de vacunación global justa. Ningún país debería quedar atrás", le dijo a Whittaker a BBC News Brasil.
Y para que el hemisferio sur no se quede atrás, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estado abogando por que los países ricos donen sus vacunas excedentes a los países pobres y contribuyan económicamente a la compra de vacunas para las regiones más afectadas por el covid-19.
El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, llegó a declarar que "el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico" al criticar el hecho de que los jóvenes ya están recibiendo la vacuna contra la covid-19 en los países ricos, mientras que los ancianos en países pobres podrían tener que esperar hasta 2021 y 2022 sin acceso a la primera dosis siquiera.