Pueden tardar hasta 12 años en degradarse. Sus 400 sustancias tóxicas tienen un impacto muy negativo en el suelo y en la vida silvestre. En Buenos Aires, multarán con $ 15.000 a quienes las arrojen a la calle.
Una sola de ellas puede llegar a contaminar hasta diez litros de agua, e incluso 50 litros si se trata de agua dulce.
Pueden tardar hasta 12 años en degradarse. Sus 400 sustancias tóxicas tienen un impacto muy negativo en el suelo y en la vida silvestre. En Buenos Aires, multarán con $ 15.000 a quienes las arrojen a la calle.
El problema de la contaminación en el mundo es cada vez más grave. A la polución atmosférica por los gases tóxicos de fábricas y vehículos, se le suman los desechos de basura y productos no biodegradables que afectan negativamente el suelo y la vida silvestre. Los filtros de cigarrillos no son un tema menor y dañan la riqueza natural del planeta como el suelo y el agua. De hecho, ya son varios los países -incluyendo la Argentina-, que multan a los fumadores que arrojan las colillas en la calle.
Para tener noción del impacto negativo de los filtros de cigarrillos en el medio ambiente, Miguel Muñoz, coordinador del Proyecto Libera en SEO/BirdLife, advirtió que unos 4,5 billones de colillas son arrojadas por año en entornos naturales de todo el mundo. “Una sola de ellas puede llegar a contaminar hasta diez litros de agua, e incluso 50 litros si se trata de agua dulce. Su efecto puede durar entre 7 y 12 años”.
El proyecto que coordina Muñoz nació en 2017, impulsado por la ONG conservacionista y por Ecoembes con el objeto de frenar las consecuencias de la basura arrojada en los espacios naturales, así como concientizar y movilizar a la ciudadanía a través del conocimiento, la prevención y participación activa.
Cada colilla contiene 400 sustancias tóxicas que, además de dañar al medio ambiente, arruinan la salud de los fumadores. “Los filtros de cigarrillos están hechos de acetato de celulosa (un componente derivado del petróleo) y, por lo tanto, son un material plástico no biodegradable”, explicó Muñoz.
Además, estos residuos contienen nicotina, un elemento que se suele emplear como insecticida por su capacidad de “acabar con la vida”, subrayó el especialista. Se estima que el efecto contaminante de las colillas dura entre 7 y 12 años, aunque algunos especialistas afirman que puede llegar hasta los 25.
Según un informe realizado en 2017 por la ONG Ocean Conservancy, las colillas representan el 13% del total de residuos recogidos durante su campaña mundial. “Las colillas tiene metales pesados, como el cadmio y arsénico, que preocupan por sus efectos letales para la flora y fauna de los ecosistemas”, advirtió Muñoz.
Por su parte, Máximo Mazzocco, creador de Eco House, detalló que -según sus propias encuestas y otras similares- “el 80% de los fumadores arroja las colillas donde no corresponde”. Frente a eso, alertó: “Estamos ante un gran problema porque son millones y millones de filtros contaminantes. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, son más de 500.000 las colillas que se arrojan por día”, remarcó.
Muchos de los componentes del cigarrillo son tóxicos y su efecto es sumamente nocivo para la flora y fauna de los ecosistemas.
Impacto nocivo en los animales
Según el informe “Colillas en espacios naturales 2018”, cuando los componentes nocivos de esos productos se liberan, los animales que desempeñan funciones importantes para el suelo (como las lombrices), se pueden envenenar. Por lo tanto, la superficie terrestre puede llegar a quedar estéril como consecuencia de las colillas.
El informe advirtió también que el “littering” (“tirar basura” en inglés) de los filtros de cigarrillos, puede provocar intoxicación por cadmio mediante un proceso de bioacumulación en especies marinas que forman parte de la alimentación del ser humano.