Frente al desafío de la falta de agua, Raquel Chan fue reconocida por sus cultivos resistentes a la sequía
Este año la Fundación Bunge y Born premió desarrollos en Agrobiotecnología. Chan lideró la investigación en semillas HB4 para soja, maíz y trigo. Y al recibir el galardón, dedicó unas palabras a explicar por qué la ciencia es importante, "ya que para mi es demasiado obvio", aclaró. Estrasburgo, Arquímedes y la inventiva argentina.
Frente al desafío de la falta de agua, Raquel Chan fue reconocida por sus cultivos resistentes a la sequía
"La ciencia está en la electricidad que nos ilumina, en los teléfonos a través de los cuales nos comunicamos, en la ropa que utilizamos, en los materiales de las sillas en las cuales nos sentamos, en los autos en los que vinimos, en los aviones en los que viajamos, en nuestra comida diaria y lo que no es menor, en la vida y la salud que tenemos". No es la primera vez que Raquel Chan, Doctora en Química y Bioquímica, y poseedora de un extenso currículum y una brillante trayectoria, considera necesario explicar dónde está en la práctica eso que "algunos definen como gasto" y que para ella es inversión.
Chan recibió este lunes el premio científico que la Fundación Bunge y Born entrega desde hace seis décadas y que este año estuvo dedicado a la Agrobiotecnología. En su caso fue en mérito al desarrollo de semillas tolerantes a la sequía con la tecnología HB4. También se otorgó el Premio Estímulo a los doctores en Ciencias Biológicas Federico Ariel (UNL) y Gabriela soto (UBA).
Buena parte del discurso de agradecimiento de Chan, cocreadora y actual directora del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (CONICET-Universidad Nacional del Litoral) estuvo dedicada a explicar el valor de la ciencia, "que está delante de nuestra vista en forma constante y cotidiana".
Es la misma herramienta que permitió llevar la expectativa de vida de los 30 años en la Edad Media a los 80 en algunos países. "Solo la investigación científica y la aplicación de esa ciencia es lo que puede explicar esta brecha", dijo la científica y aportó una definición clave, en momentos en que se debate sobre el carácter público o privado de este campo: "Los países que tienen un sistema público de ciencia son soberanos y todos los países desarrollados lo tienen. Estos deben ser nuestros modelos y no aquellos que consideran a la ciencia un gasto y no una inversión", sostuvo categórica.
Prioridades y esfuerzo colectivo
Ya en su campo de trabajo, advirtió que el crecimiento de la población mundial requiere de una mayor producción de alimentos y de energía, y en esa materia se asienta el desarrollo realizado por ella y su equipo de trabajo, al que agradeció en todo momento.
"Tenemos que hacer mucho más para producir alimentos en forma sustentable con el respeto por el medio ambiente y sobre todo cuidando el agua, nuestro recurso más precioso. La falta de agua es el factor más limitante de la agricultura y produce el 50 % de las pérdidas a nivel mundial. Tenemos que hacer mucho más de lo que hicimos y este premio nos compromete a eso".
Raquel Chan y Gabriela Soto quien junto con Federico Ariel recibieron el Premio Estímulo, junto al ministro de Ciencia y Tecnología Daniel Filmus y autoridades de la Fundación Bunge y Born. Crédito: Gentileza Fundación Bunge y Born
"Hacer ciencia siempre requiere la capacidad de sobreponerse a los fracasos que, claramente, son muchos más que los éxitos", destacó en otro momento de la ceremonia que se desarrolló en el Centro Cultural Kirchner, de CABA, donde agradeció a las instituciones que apoyaron este trabajo (Conicet, UNL, Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas, entre otras). También a la empresa Bioceres que "creyó en nosotros" y cuya asociación a este desarrollo constituye uno de los mejores ejemplos de sociedad pública y privada, "como una estrategia inteligente para obtener lo mejor de cada sector".
Más agradecimientos llegaron para familiares, amistades y para su equipo de investigación: "La mayor satisfacción sería que me superen como debe ser si los maestros tenemos éxito".
"En este momento en que el individualismo parece ser preponderante, quiero expresar que todos los logros son producto de un esfuerzo colectivo, del trabajo en equipo, de las discusiones sanas y aun de las discusiones aparentemente intrascendente del día a día que hacen de la investigación un proceso enriquecedor del que este premio es solo uno de los resultados".
Un gel en el tupper
Raquel Chan dejó para el final una anécdota, "que conocen mis becarios y mi gente" pero que para quienes no la habían escuchado permitió volver a subrayar el concepto de la experimentación, clave en la ciencia, pero también de los recursos, para posibilitar su desarrollo.
Fue en Estrasburgo (Francia) cuando cursaba su postdoctorado, mientras "estudiábamos proteínas y para ello hacíamos geles entre dos vidrios que luego debíamos pegar para que el líquido no se escape".
"Como ocurre la mitad de las veces, el gel perdía y entonces me fui corriendo con los dos vidrios y los metí adentro de un baño termostatizado que es como un tupper grande con agua, para que no siga perdiendo y gelifique", graficó.
A los 5 minutos, tenía 30 espectadores que le preguntaban "qué estás haciendo" a lo que respondió: "Usando las leyes de la Física y el principio de Arquímedes: el líquido no va a salir porque el agua está tan alta como lo que yo quiero que gelifique".
Chan admite que entonces se ganó el respeto y la admiración de todos, "me miraron como si fuera Einstein. Pero en realidad la conclusión de la anécdota con la que eligió cerrar su presentación fue para mostrar "cómo usamos el conocimiento y la imaginación para paliar y suplantar, muchas veces, la falta de recursos".