Un joven correntino armó un hilo en Twitter con consejos para quienes vayan desde su provincia a la Ciudad de Buenos Aires. Como casi todos los comentarios que hay en la red social del pajarito, los tips tienen un tono irónico y se volvieron virales dentro de la plataforma en muy poco tiempo.
Mirá tambiénSanti Maratea criticó el patrimonio de Máximo Kirchner: “¿cómo hizo 400 millones?”Las diferencias en las costumbres y estilos de vida que se llevan a cabo en los diversos puntos del país, son un poco las paredes de estos más de treinta consejos.
En un primer tuit, el hombre escribió: “Voy a ir dejando tips para los compatriotas correntinos que vengan a CABA”. Luego enumeró distintos consejos y advertencias basados en su experiencia. Entre los tópicos que más mencionó se encuentran: la diferencia en la forma de hablar de los habitantes de ambos lugares, las largas distancias dentro de la ciudad y la manera de conducir de los porteños.
Como era de esperarse, todos sus tuits generaron debate y distintas reacciones en los usuarios, pero el tuit que más likes consiguió tiene que ver con una escena que se repite mucho en la Ciudad y que odian todos los argentinos: las filas. “Tratá de no quedarte mucho tiempo quieto en algún lugar o se va a armar una fila”, bromeó el usuario.
Pero eso no fue todo, sino que además tocó otros temas importantes como la pertenencia barrial de los porteños, el fanatismo por las pizzerías, la diferencia en el concepto de “siesta”, el clima y la forma de referirse a cierto momento de la tarde, entre otras cosas.
Los consejos del correntino
- Si entrás a un quiosco y hay una bolsa de bizcochos abierta sobre el mostrador no te podés servir nomás. Parece que está mal visto.
- En las verdulerías tienen las frutas verduras envueltas en papel film porque la cáscara no parece ser suficiente acá. No rompas el papel film, pedile al verdulero.
- En algunas esquinas tienen rejas tipo corral. No saltes, tenés que ir hasta mitad de cuadra donde están pintadas unas líneas blancas.
- Si ves una franja verde pintada en la calle tené cuidado por hay gente andando en bicicleta. Es más probable que te atropelle una bici que un auto, porque los autos frenan en los semáforos.
- Si le decís “chamigo” al taxista te cobran una tarifa preferencial. Es más cara que la común.
- En las panaderías tienen un coso que se llama “Pan de queso” que parece chipá, pero no es chipá. Eviten comerlo a toda costa, se van a poner tristes.
- Los porteños pronuncian un montón de consonantes. No se asusten. El castellano es así, en realidad.
- Algunas cuadras son muy largas y otras muy cortitas. Es un misterio cuántos kilómetros son, en realidad, 20 cuadras.
- Los mozos te van a decir “Dale”, pero nunca te aclaran dale qué. No preguntes.
- Tratá de no quedarte mucho tiempo quieto en algún lugar o se va a armar una fila.
- Los "Bosques de Palermo" son una plaza grande. No necesitás llevar carpa.
- Si un autóctono te dice que algo “queda acá cerca” no lo tomes literalmente. Nada queda cerca de nada acá. El quiosco de la esquina queda a tres cuadras.
- Los autóctonos dan un solo beso. No tires la mejilla para el segundo, vas a queda cabeceando el aire o, en su defecto, la frente de la otra persona, todo depende de para dónde se mueva.
- Es común que los hombres te saluden con un beso, incluso, a veces, un abrazo. No tengas miedo, no
- es que te quieran robar. Bueno, depende, si te quiere abrazar alguien que no sabés quién es capaz sí te quiere robar. Es contextual.
- A los que vengan en invierno: si un autóctono te dice que a la noche va a hacer frío, significa que va a hacer mucho frío. Por el contrario, si te dice que «va a estar lindo», significa que va a hacer mucho frío.
- Los porteños desconocen palabras importantes del castellano como Nio, Peina, Catú, Angá, Nae, Angaú y Ñembotavy. Con ellos tenés que hablar un castellano más básico.
- La mayoría de los porteños no tiene un chamamé favorito. No intentes sacar conversación por ahí.
- En las pizzerías de acá no hacen pizza correntina. Me dijeron que solo nosotros le decimos así, pero yo no creo que sea verdad. Todas las otras variedades clásicas sí tienen.
- Si venís en auto tené presente que hay muchas calles en ese. En esas calles tiene prioridad de paso el que le tiene menos miedo a la muerte.
- Importante: acá, “siesta” es dormir un lapso de tiempo breve en cualquier horario, no la franja del día que va de las 13 a las 16. No uses “la siesta” como una referencia temporal objetiva, vas a generar confusión.
- Otra complicación temporal. Para algunos porteños “la tardecita” es “temprano a la tarde” y no el atardecer. Lo mejor es decir horas específicas porque no saben dividir el día en sus partes correctas.
- El porteño encuentra la tonada litoraleña un poco dulce, si a eso le sumás que la mayoría piensa que somos ingenuos tenés terreno fértil para delinquir.
- Ciudad de Buenos Aires es el último lugar del planeta donde todavía puede verse al perro pequinés en su hábitat natural: el regazo de una señora paqueta. Si te cruzás alguno de estos individuos no intentes acariciarlo porque muerde. Los perritos también.
- Si caminás con cara de enojado hay menos chances de que los autóctonos se den cuenta de que no tenés la menor idea de donde estás.
- Si venís caminando en paralelo a la bicisenda y le da verde a la bici, te da verde a vos, pero al de la bici parece que no le avisaron así que manejate con cuidado.
- A los porteños les gusta mucho comer pizza, pero más les gusta recomendarte pizzerías. Tienen sus pizzerías favoritas y están emocionalmente ligados a ellas. Se recomienda ser empático al respecto.
- El autóctono tiene un anclaje emocional profundo con su barrio. Alegan saber dónde comienza uno y termina el otro. Vos hacé de cuenta que entendés.
- El obelisco no hace nada particularmente interesante. Es un coso blanco y alto que podés mirar nomás.
- Si pronunciás la "LL" — doble l—como "i" de manera forzada podés tener a cualquier grupo de autóctonos entretenido por horas.
- Quedate tranquilo, no te están gritando.
- Siempre que comentes que algo te pareció rico el porteño te va a responder “eso es porque no probaste la de tal lado, tenés que probar la de tal lado”. “Tal lado” siempre queda a 127 cuadras.
- IMPORTANTE: vas a caminar mucho. En un punto vas a estar cansado y vas a ver unos bancos en la vereda que se ven acolchonados y mullidos. NO TE SIENTES, son una trampa de concreto y el coxis te va golpear la nuca. Para mí los mandó a hacer alguna asociación de traumatólogos.
- Trae dos pares de alpargatas por lo menos porque acá no se consiguen.
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