A lo largo de sus setenta años en el trono la reina Isabel II tuvo que alternar con infinidad de mandatarios extranjeros. Y aunque no todos fueron de su agrado siempre se cuidó mucho de que el público no lo notara.
Una nueva biografía asegura que el expresidente y actual candidato no le caía bien a la fallecida monarca británica.
A lo largo de sus setenta años en el trono la reina Isabel II tuvo que alternar con infinidad de mandatarios extranjeros. Y aunque no todos fueron de su agrado siempre se cuidó mucho de que el público no lo notara.
En privado sí se permitía alguna crítica velada, como la que se cuenta que le hizo a Putin cuando, al llegar este quince minutos tarde en su visita de 2003, el perro de un aristócrata que formaba parte del séquito de la monarca comenzó a ladrarle. “Los perros tienen unos instintos interesantes, ¿verdad?”, recordó luego el aristócrata que dijo Isabel II.
Más directa fue la reina al mostrar a su entorno su desagrado con Donald Trump, a quien conoció (y al parecer padeció) en sus visitas de 2018 y 2019. Tal y como recoge una nueva biografía sobre Isabel II, su entonces homólogo estadounidense le pareció “un maleducado”, según le expresó a un invitado a un almuerzo que celebró unas semanas después de la visita del presidente.
“En especial le disgustó la forma en que no dejaba de mirar por encima de su hombro, como si buscara a otras personas más interesantes”, escribe el autor, Craig Brown, en el extracto de A Voyage Around the Queen que ha publicado el Daily Mail con motivo de su próxima publicación.
La antigua monarca británica también escudriñó el matrimonio de Trump con Melania, quien acompañó a su marido en la visita a Reino Unido de 2019: “[La reina Isabel II] también creía que el presidente ambién creía que el presidente Trump debe tener algún tipo de acuerdo con su esposa Melania; de lo contrario, ¿por qué seguía casada con él?” Melania; de lo contrario, ¿por qué seguía casada con él?”, asegura Craig Brown que comentó la difunta monarca.
Quizá a la reina le enfadase aquel momento en que Donald Trump “la eclipsó” al caminar delante de ella durante su visita al castillo de Windsor de 2018, una escena que se hizo viral en Internet y que incumplía el protocolo de palacio.
De nuevo, en la visita de 2019, el presidente Trump dio que hablar al posar su mano sobre la espalda de la reina durante el banquete de Estado que se celebró en el palacio de Buckingham, un gesto demasiado informal para tan solemne ocasión.
Sea como fuere, parece que Donald Trump no notó la antipatía que le habría producido a su anfitriona, porque al regresar a Estados Unidos declaró que estaba seguro de que había sido el invitado preferido de cuantos había tenido Isabel II. "Hay quienes dicen que nunca han visto a la Reina pasar un mejor momento, un momento más animado”, aseguró a Fox News.