Defunciones, nacimientos, bodas y renuncias hacen asignar nuevas estancias a los miembros de la familia real británica. Los Windsor participan en el juego de las sillas cada vez que se desocupa una o hay un cambio de rango. Y tras la muerte de Isabel II y la caída en desgracia del príncipe Andrés, este se ha quedado sin apartamento en el palacio de Buckingham.
Así lo ha revelado The Sun, que afirma que, tras la reforma que se está llevando a cabo en el palacio para adecuarlo al rey Carlos III, ya no habrá sitio para Andrés, ni para los peluches que lucían es su habitación. El duque de York confesó en 2010 que le gustaba coleccionar ositos de peluche de sus viajes con la Marina Real británica, pero sorprendió más aún cuando el año pasado uno de sus exayudantes reveló las manías del príncipe sobre el orden de estos sobre su cama.
Mirá tambiénReino Unido cierra otro annus horribilis para la coronaPaul Page, exguardaespaldas de la familia real, afirmó para un documental que el duque de York se cabreaba si el personal de palacio colocaba mal esta colección de peluches. Según él, el hijo de Isabel II tenía una cama con 50 o 60 ositos y a las camareras se les tuvo que dar un diagrama plastificado para que los colocasen siempre correctamente. "Si las sirvientas no volvían a poner esos osos en el orden correcto, gritaba y chillaba", afirmó Page.
El palacio de Buckingham está pasando por un proyecto de reforma y rehabilitación por partes que durará un total de diez años y que no incluye una habitación para Andrés. Según afirma The Sun, al príncipe se le ha dicho que debe buscar un nuevo alojamiento cuando visite Londres, y desde el medio apuntan al cercano palacio de St. James como posible opción. De estilo Tudor y mucho menos lujoso que Buckingham, en St. James ya residen otros miembros de los Windsor, como la princesa Ana.
La noticia de que el príncipe Andrés se queda sin estancias en Buckingham llega después de sus horas más bajas. El que se decía que era el hijo favorito de Isabel II perdió sus títulos militares y los patronatos reales tras varios años de escarnio por su amistad con el condenado pedófilo Jeffrey Epstein. Al príncipe se le relacionó con el jefe de la red de tráfico de menores a través de su gran amistad con Ghislaine Maxwell, esposa y colaboradora de Epstein, y también por una fotografía junto a Virginia Giuffre, quien lo acusó de haber abusado de ella a los 17 años.
El príncipe Andrés, duque de York, siempre ha negado esas acusaciones, pero, tras iniciar Giuffre acciones legales en Estados Unidos y una juez admitir a trámite la demanda, el príncipe llegó a un acuerdo amistoso con la presunta víctima en febrero de 2022. Se cree que Andrés pagó varios millones de euros para evitar esa demanda civil de Giuffre.
En una entrevista con la BBC en 2019, el príncipe Andrés no convenció a los ciudadanos británicos con sus argumentos. Si bien esa entrevista se concibió como un lavado de imagen para el príncipe, resultó en su batacazo final. Desde entonces es el miembro más impopular de la familia real británica: según una encuesta de YouGov del pasado mes de diciembre, el 86% de los británicos tiene una opinión negativa de él.
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