Responsabilidad afectiva: qué es y cómo evitar daños emocionales
El término comenzó a usarse hace poco tiempo, pero la necesidad de saber qué es lo que ambas partes esperan en una relación estuvo siempre. La psicóloga Sofía Calvo explica porqué es importante hacerse cargo de los sentimientos que se genera en el otro.
“Los tiempos cambian”, es una frase que se escucha de generación en generación. La revolución feminista reforzó los cuestionamientos del “amor romántico”, la monogamia y el “te amo para siempre”. Gran parte de los adolescentes y adultos jóvenes se rehúsan a vivir la típica relación amorosa que estuvo tanto tiempo arraigada en la sociedad. Los celos posesivos, el control constante y el pasar la vida entera con una sola persona son prácticas que dejaron de ser usuales.
En este cambio de paradigma sentimental entra la responsabilidad afectiva. ¿Qué es lo que una persona espera de un vínculo con otra? Y ¿qué es lo que cada uno quiere? Los jóvenes comenzaron a hacerse estas preguntas con más frecuencia y así evitar “malas experiencias”. La psicóloga Sofía Calvo charló con el equipo de OSEA sobre qué es este nuevo término y cómo ayuda en las relaciones que se forjan. “Es un concepto que aparece más que nada por la parte del feminismo, y me gusta pensarlo como que nace de una pregunta que tenemos cada vez que se forma un vínculo con alguien, no solamente un vínculo sexo-afectivo. Sino también vínculos en general, y la pregunta sería ¿Qué quiere la otra persona de mí?”, afirmó.
Hablarse, conocerse y saber qué es lo que se quiere son puntos fundamentales para encarar una relación amorosa o de amistad. “Vendría a ser esto de poder preguntar, de estar dispuesto también a escuchar, a generar un diálogo y construir a partir de ahí vínculos de una manera más responsable”, sostuvo Calvo. Sin embargo, también aclaró que no hay un manual para ser responsable afectivamente, sino que se entiende como una construcción.
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Ghosteo
Las rupturas amorosas, peleas o charlas incómodas suelen ser momentos que una personas siempre quiere evitar. A veces se está en el rol del “dejado” o de quien no puede encarar una charla seria por miedo a sus consecuencias. Entonces surge el ghosteo, este término en inglés se adoptó para ponerle un nombre a la acción de desaparecer sin dejar señales. En pocas palabras: borrarte.
“Creer que si yo me encontré con alguien terminó ahí, y la otra persona no tiene necesidades ajenas a las mías, no tiene deseos ajenos a los míos, y sería un poco esto de... básicamente pensar solamente en mí, una posición un poco narcisista, una posición unilateral del vínculo”, explicó Sofía Calvo sobre este nuevo concepto.
Para siempre es mucho tiempo
Muchos de los cuestionamientos que los adolescentes y jóvenes se hacen sobre los vínculos amorosos es por el tiempo que invierten en ellos. El “te amo para siempre” se termina convirtiendo en años que aportan crecimiento personal, pero también pueden negar otras vivencias. El amor libre o poliamor viene a poner en jaque a la monogamia tradicional que se impuso por años en la sociedad. “Si yo tengo deseos de estar con otras personas, de generar sentimientos con otros, poder habilitarme yo misma para poder atravesar eso. Pero también permitírselo al otro”, expresó la profesional.
“Nadie nació sabiendo” decían los abuelos, por eso la responsabilidad afectiva es una construcción que acompaña a las personas mientras forma, explora y termina vínculos. Esta nueva generación no sólo habla de libertad, sino también de empatía para evitar daños sentimentales propios y ajenos.