Se nota que los ingenieros químicos santafesinos son pretendidos en Houston, porque El Litoral se cruzó con dos que llegaron hace un tiempo y que trabajan con mucho éxito en esta ciudad. Uno de ellos es Jorge Mamprin, que vino a Estados Unidos en 2012, nacido en barrio Roma, “pero viví en otros, como barrio Alfonso”.
Jorge arrancó trabajando en Buenos Aires, luego lo hizo en Santa Fe y a través del llamado de esa empresa que era argentina y se convirtió en multinacional, llegó a Estados Unidos hace 12 años y ya está afincado y acostumbrado a la vida en este país.
Es hincha de Unión, tiene 46 años y se vino a Estados Unidos a los 34. “A mí me dijeron, en su momento, que iba a venir por un año o dos, a formar gente. ‘Te vas a Houston, formas gente y te volvés’, fue la orden. La realidad es que ya tengo formada la parte profesional en este país. No vine porque quise, sino que fue una situación temporal y hoy ya la tengo como definida en mi vida laboral”, cuenta Jorge.
Respecto de lo que es una charla ineludible con cualquier santafesino con el que nos encontramos en la amplísima geografía norteamericana, el sentimiento nacionalista se exacerba cuando de fútbol se trata. “Esto es algo muy lindo, la argentina es una colectividad bastante reducida, porque uno ve muchos venezolanos, cubanos, mexicanos, pero no ve tantos argentinos. La colectividad argentina es muy pequeña y muy dispersa. No somos de armar muchas raíces, como ocurre con otros países. Pero esto es sensacional”, señala el ingeniero Mambrín.
“Se extraña mucho, la familia, los amigos, son relaciones que no se reconstruyen, los lazos de familia son irreemplazables. Acá se extraña la tierra en la que nació, el idioma en el que uno habla, las cosas de las que se ríe… ¿Mi imagen de Argentina?, cuando uno va para allá se pone contento porque se reencuentra con los afectos y se adapta a la situación del país, pero cuando se vuelve para acá, se da cuenta de que acá todo funciona… Veo el futuro de Argentina con preocupación, pero no pierdo las esperanzas de que alguna vez podamos encontrar un camino para Argentina también”, cuenta Jorge, que es muy franco cuando dice que “no pienso en el retorno… En lo laboral, estoy acá y no veo la necesidad de regresar, me gustaría hacerlo algún día si las cosas cambian en Argentina, pero siento que mi vida está acá”.