La huella del Graf Spee: la ciudad como refugio de historias de guerra
El 22 de noviembre de 1979, antiguos tripulantes del acorazado alemán que se hundió en aguas del Río de la Plata durante la Segunda Guerra Mundial se reunieron en Santa Fe. La crónica que dejó aquel emotivo acto.
El crucero alemán escribió una de las páginas de los coletazos de la Segunda Guerra Mundial en estas latitudes. Foto: Archivo / AFP
El Graf Spee, acorazado de la Alemania nazi, se hundió en el Río de la Plata hace casi 85 años. Fue un hecho que dejó una huella (si es que cabe este término para aludir a hechos ocurridos en el mar) honda en la historia naval y en la memoria colectiva de los pueblos de la región. Este buque se enfrentó a una escuadra británica en la Batalla del Río de la Plata, en diciembre de 1939, conflicto que se convirtió en el primer gran enfrentamiento naval de la Segunda Guerra Mundial, que había comenzado dos meses antes, cuando la Alemania nazi invadió Polonia.
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Durante la batalla, el Graf Spee, comandado por el capitán Hans Langsdorff, logró dañar a los cruceros británicos Exeter, Ajax y Achilles. Sin embargo, tras el combate, el acorazado sufrió perjuicios severos que lo llevaron a buscar refugio en Montevideo. Allí, Langsdorff quedó entre la espada y la pared: las presiones diplomáticas y militares lo obligaron a tomar decisiones difíciles.
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El 17 de diciembre de 1939, después de varios días en el puerto y ante la amenaza de un ataque británico, decidió hundir su propio barco para evitar que cayera en manos enemigas. En su carta de despedida, puso énfasis en su sentido del deber y su lealtad hacia su tripulación, pero la acción tuvo consecuencias: simbolizó una derrota militar para los nazis, que fue repudiada por el propio Adolf Hitler.
Un grupo de marinos del Graf Spee posan en el patio del Boulevard. Foto: Archivo
El impacto del hundimiento del Graf Spee tuvo eco en Santa Fe, donde muchos habitantes mantuvieron vivas las historias relacionadas con este evento. Está documentado cómo los santafesinos recuerdan aquellos días e inclusive la presencia de ex tripulantes que vivieron en la ciudad. La cercanía geográfica y los vínculos históricos entre las comunidades hicieron que estas narraciones fueran pasando de generación en generación.
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En particular, algunos sobrevivientes compartieron sus experiencias sobre cómo vivieron el conflicto y la llegada del buque al puerto. Hay un artículo de El Litoral del mes de junio de 2007, que narra que para ese entonces vivían en Santa Fe dos supervivientes del acorazado: Gerardo Lange, de 87 años, y Juan Döbler, que era telegrafista de la nave.
Encuentro en Santa Fe
Pero lo que dispara estas líneas es un hecho que ocurrió en Santa Fe el 22 de noviembre de 1979. Casi al filo de cumplirse 40 años de la batalla del río de la Plata, tuvo lugar en nuestra capital un encuentro entre un grupo de 40 ex tripulantes de la nave germana, residentes en la República Federal de Alemania.
Gerardo Lange pronunciando el clásico discurso de cada 13 de Diciembre, conmemorando la Batalla del Río de la Plata. Foto: Libro Los marinos del Admiral Graf Spee en suelo santafesino
El mismo estuvo encabezado por el capitán de navío Kurt Diggings, quien con el grado de teniente de fragata se desempeñaba como ayudante de Langsdorff, e inmediatamente después del combate retornó a Alemania portando la documentación secreta del acorazado destruido por orden del comandante. En la delegación estuvo el capitán de corbeta Fröhlich, quien ejercía la jefatura de comunicaciones. Los marinos alemanes participaron junto con sus camaradas de entonces en un acto evocativo que se llevó a cabo el mismo frente al monolito que, por entonces, estaba emplazado en los jardines de la Sociedad Alemana para recordar a los caídos en aquella acción bélica.
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El Litoral se hizo eco de estos hechos en su edición del día siguiente, viernes 23 de noviembre. “Tras colocarse una palma de flores al pie del monolito, el señor Gerardo Lange se refirió al sentido de la conmemoración y al reencuentro con los viejos camaradas, destacando el fuerte lazo que los ha mantenido espiritualmente unidos a través de los años y la distancia”, expresó el vespertino.
Archivo El Litoral
“Los ex marinos germanos, muchos de los cuales viajaron en compañía de esposas e hijos, se mostraron profundamente emocionados por regresar a esta tierra que, dijeron, ‘nos brindó un trato de honda calidez, pese a que nuestra situación de internados primero y de prisioneros de guerra después”, indicó El Litoral en otro de los párrafos de la detallada crónica.
Archivo El Litoral
Tras la reunión en Santa Fe, el contingente germano continuó su gira por diversos puntos del país, visitando los lugares donde cumplieron su internación. Una parte de ellos regresó a la ciudad de Santa Fe el 8 de diciembre para participar del acto del 40° aniversario de la batalla del río de la Plata. Luego, en Buenos Aires, se realizó la gran ceremonia central, donde estuvieron presentes ex marinos ingleses y neozelandeses, que tripulaban en diciembre de 1939 los cruceros Ajax, Exeter y Achilles, que enfrentaron al Graf Spee.
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