Un pingüino de Adelia, que es una de las dos especies que habitan en la Antártida, viajó cerca de 3.000 kilómetros hasta llegar a las costas de Nueva Zelanda, al poblado de Birdlings Flat, en donde habitantes de la localidad se sorprendieron y decidieron llevarlo a un centro de rehabilitación de pingüinos para que lo vieran los médicos veterinarios.
“Aunque estaba un poco hambriento y bastante deshidratado, en general, se encontraba bien”, recuerda Thomas Stracke, en la nota publicada por la agencia RT. El especialista también manifestó su asombro por la presencia de esta especia en las costas de Nueva Zelanda, que se encuentran muy lejos del hábitat del animal, que mide entre 60 y 70 centímetros y llega a pesar cuatro kilogramos.
“Le dimos líquidos y un batido de pescado”, comentó Stracke, en entrevista con el diario The Guardian. Otros lugareños también comentaron que, cuando vieron al animal, pensaron que era un juguete, pues se quedaba quieto, pero luego se movió, lo que hizo que se alertaran y los sorprendió al ver esta especie fuera de su hábitat. “Primero pensé que era un peluche, pero de repente el pingüino movió la cabeza, así que me di cuenta de que era real”, relató a The Guardian uno de los habitantes de la zona que vio al animal mientras daba un paseo por la playa con su esposa.
Esta es la tercera vez que un animal de la especie llega a esa zona de Oceanía. En el centro de atención lo alimentaron y posteriormente lo llevaron a la península de Banks, en donde lo dejaron en el mar a la espera de que retome su camino a casa en la Antártida.
Los expertos aseguran que el pingüino llegó hasta esa zona por comida, pues por el calentamiento global algunas especies están huyendo de la Antártida, para buscar un hábitat más apropiado en el que puedan vivir mejor. Aunque esta especie aparenta ser lenta y torpe, expertos afirman que es muy hábil nadando. Por eso logró llegar tan lejos a una velocidad aproximada de 15 kilómetros por hora, según cálculos que hicieron en el Fondo Mundial para la Naturaleza, entidad que se dedica a estudiar y proteger especies.
Tenés que leerCatorce pingüinos magallánicos retornaron al mar luego de ser rescatados en San Clemente“Noticias emocionantes. El pingüino Adelia solo vive en la Antártida y ha sido visto en Nueva Zelanda tres veces: 1962, 1993 y hoy en Birdlings Flat, cerca de Christchurch. Fue recogido por Penguin Rescue”, trinó el usuario @msshira50, quien publicó sobre la visita del pingüino en esta zona de Nueva Zelanda, lo que despertó más comentarios de los usuarios en esta plataforma, principalmente para destacar la ternura que produce este animal.
El caso de Pingu, como lo bautizaron en Nueva Zelanda, se debe a que la temperatura del agua se eleva por encima de lo normal, lo cual hace que los peces escapen a zonas más frías y profundas, dejando a los pingüinos sin esa fuente de alimentación y por eso tienen que nadar cientos y, como en esta ocasión, miles de kilómetros para poder encontrar su alimento para vivir.
La verdad noticias recogió las palabras del profesor de zoología de la Universidad de Otago, Philip Seddon, quien relató que la apariencia de Pingu era “muy rara”, además afirmó que la especie de pingüinos de Adelia está estable, pero enfatizó que estos animales son unos especialistas en dar señales de advertencia cuando algo en el medioambiente está cambiando. Por eso él no descarta que se sigan presentando apariciones de esta especia en otras zonas diferentes a la Antártida.
El calentamiento global afecta a los pingüinos, pues en algunas partes el hielo se está expandiendo y en otras disminuye, algo que puede ayudar para su reproducción, pero los cambios de clima afectan la alimentación para ellos, lo que los obliga a buscar nuevos lugares para vivir.