En un país como la India, donde los matrimonios concertados son mayoría, la posibilidad de que una pareja de enamorados decida casarse en contra de la tradición y sin la aprobación familiar puede llevar a un crimen de honor.
Manoj y Kiran, de 21 y 19 años, fueron asesinados a hachazos el pasado martes por sus familiares en el estado de Haryana, en el norte de la India, por haberse fugado juntos en contra de la voluntad de sus respectivos padres, según los medios locales.
La pareja provenía de la misma comunidad, lo que equivale a cometer incesto según el código matrimonial impuesto por los consejos de casta o "khap panchayat", un sistema de consejos rurales que imparten justicia a espaldas de la Policía y los Tribunales.
El estricto código, sin embargo, mostró atisbos de apertura a finales de abril cuando el gran consejo de casta de Haryana decidió levantar el veto a los matrimonios entre personas de diferente casta, una tradición que había permanecido intacta durante 600 años.
Aún así, uno de los líderes del consejo, Mahavir Singh, dejó claro que la unión entre jóvenes que comparten "lazos de sangre (la pertenencia a una misma comunidad aunque no sean familiares) nunca será aceptado", según informaron los medios.
"¿Quiénes son ellos para decirle a la gente lo que puede hacer? Nadie tiene permiso para decidir qué debemos hacer. Están jugando con nuestros derechos democráticos y eso es inaceptable", espetó la secretaria general de la Asociación de Mujeres Democráticas de la India (AIDWA, en inglés), Jagmati Sangwan.
La activista aseguró que la razón del consejo para dar ese paso fue que debía hallar una solución a la falta de mujeres (919 niñas cada 1.000 niños entre los pequeños de hasta seis años, según el censo de 2011).
La responsable de AIDWA, una organización que lleva 25 años luchando contra esta lacra social, explicó que en el país hay predilección por el varón, pero "el honor de la familia recae en la mujer, por lo que los crímenes de honor, en un 99 % de los casos, suele cometerlos la familia de ella".
"En el pasado, nos enfrentamos a momentos muy difíciles, con los 'panchayat' amenazándonos por ir contra la tradición. Pero tras años de lucha hemos logrado forzar la maquinaria del Estado para que haga algo por proteger a esas parejas", afirmó Sangwan.
En Haryana, uno de los estados indios más afectados por los crímenes de honor, se ha logrado que la Administración local proteja a las parejas que desean casarse, siempre y cuando tengan la edad mínima para hacerlo, 21 años el hombre y 18 la mujer.
"Ahora, si un policía no hace lo suficiente en un caso de asesinato por honor, se puede actuar legalmente contra el agente implicado", añadió Sangwan.
La inacción policial fue criticada el año pasado por Naciones Unidas en un informe titulado "Leyes y preferencia por los hijos en la India".
"En la mayoría de los casos de crímenes de honor, la Policía actúa como agentes de la familia de la chica y registra casos falsos de secuestro contra el chico, lo que supone en ocasiones largos períodos de prisión para él", se indica en el documento.
"La Policía registra errónea y deliberadamente como suicidios los asesinatos de chicas cometidos por familiares (...). Esos policías deberían ser juzgados y retirados de sus puestos de manera inmediata", sentencia el estudio.
No existen datos oficiales sobre el número de crímenes de honor que se cometen en el gigante asiático, pero AIDWA estima que son unos 1.000 al año, casi tres al día.
"¡Regresa conmigo o te mataré! Si los veo juntos donde sea, no preguntaré, simplemente los mataré", amenazó a Akash (nombre simulado) y a su compañera Chabi el padre de ella, según reveló el joven en una entrevista concedida a Efe el año pasado mientras se hallaba escondido.
Los jóvenes, que pertenecen a castas diferentes, pidieron ayuda a la organización "Comandos del Amor", encargada de proteger a amantes fugitivos, ya que tenían que ocultarse de la familia y también de la Policía porque Akash fue denunciado por su suegro por secuestro.
Esta semana, el joven explicó desde la ciudad occidental de Bombay que la aventura no terminó bien.
"Los padres de Chabi nos contactaron y creímos que aceptaban nuestra relación, así que fuimos a verlos a Calcuta, donde incluso me quedé un par de días con ellos. Me preguntaron si su hija podía quedarse un mes y luego reunirse conmigo, y me pareció bien", narró Akash.
"Poco después recibí una llamada de Chabi pidiéndome que no volviera a verla, que la dejase en paz", concluyó el joven, que reconoció que no sabe si su novia hablaba por voluntad propia o forzada por las amenazas de sus padres.
La agencia local PTI publicó recientemente una historia similar ocurrida en la región de Andhra Pradesh, en el sur de la India, aunque allí todo acabó en tragedia.
Los padres de la joven convencieron a la pareja fugitiva, recién casada, para que regresara a casa y fingieron aceptar el matrimonio, pero la primera noche en su antiguo hogar estrangularon a la novia.