The Lancet es una revista médica del Reino Unido, y fue la encargada de publicar los resultados sobre la vacuna rusa Sputnik V. Según el estudio, la misma mostró una efectividad del 91,6% y no registró graves efectos adversos. ¿Qué relevancia tiene ese medio para la comunidad científica?
The Lancet: una revista médica
Es un medio revisado por pares. Fue establecida en 1823 y se publica semanalmente. Es una de las publicaciones científicas más antiguas y prestigiosas del mundo. El fundador y primer editor de la revista fue Thomas Wakley.
Según sus afirmaciones, la intención de la nueva revista era informar sobre las conferencias del hospital metropolitano y describir los casos importantes del día. Desde entonces, The Lancet desempeña un papel importante en los movimientos de reforma médica y hospitalaria en Gran Bretaña y se convirtió en una revista médica de gran prestigio en todo el mundo.
Comenzó como una revista médica general semanal internacional e independiente. Desde su primer número (5 de octubre de 1823) el objetivo de esta revista científica fue hacer que la ciencia esté ampliamente disponible para que la medicina pueda servir, transformar la sociedad y tener un impacto positivo en la vida de las personas, según aclaran en su página web.
La revista publica artículos de investigación originales, artículos de revisión, editoriales, además de noticias e informes de casos. Desde 1991 es propiedad de Elsevier, y desde 1995 su editor en jefe es el médico Richard Horton.
Tenés que leerLa revista científica The Lancet publicó datos sobre la vacuna Sputnik VDurante los últimos dos siglos, abordó temas urgentes en nuestra sociedad para iniciar debates, poner la ciencia en contexto e influir en los tomadores de decisiones de todo el mundo.
Con el tiempo evolucionó como una familia de revistas (a través de Child & Adolescent Health, Diabetes & Endocrinology, Digital Health, Gastroenterology & Hepatology, Global Health, Hematology, HIV, Infectious Diseases, Neurology, Oncology, Planetary Health, Psychiatry, Public Health, Respiratory Medicine, entre otras publicaciones), y asegura mantener en su núcleo la creencia de que la medicina debe servir a la sociedad.
Según el manifiesto de la revista, The Lancet establece estándares extremadamente altos. “Seleccionamos solo los mejores trabajos de investigación por su calidad de trabajo y la progresión que aportan”, afirman.
Además, buscan incrementar el impacto social de la ciencia: “Reconocemos que un gran trabajo de investigación no es suficiente y que requiere desarrollo, movilización y exposición. Por lo tanto, prometemos establecer agendas, crear contexto, informar a los líderes, iniciar debates y defender la idea de que la investigación puede y marcará la diferencia”.
Sus estándares de excelencia incluyen la revisión por pares, a través de su proceso de edición interno, la producción, la publicación y más. Siguen la guía de mejores prácticas sobre la excelencia en la publicación de las Recomendaciones para la realización, presentación de informes, edición y publicación de trabajos académicos en revistas médicas emitidas por el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (ICMJE) y se adhieren al Comité de Ética de Publicaciones ( COPE).
Sus editores aseguran que las políticas editoriales de The Lancet evolucionarán en consonancia con las mejores prácticas del sector, así como con la naturaleza cambiante de la investigación científica y la publicación académica.
Según Journal Citation Reports, en el 2018 la revista tiene un factor de impacto de 59.102, ubicándose en segundo lugar después de The New England Journal of Medicine en la categoría “Medicina general e interna”.
Una de las mayores controversias en la que se vio envuelta la revista ocurrió luego de la publicación, en 1998, de un paper en el que los autores sugerían un vínculo entre la vacuna MMR (que puede prevenir el sarampión, las paperas y la rubéola) y el trastorno del espectro autista. Seis años más tarde, en febrero de 2004, The Lancet publicó una declaración de 10 de los 13 coautores del artículo en la que se repudiaba la posibilidad de que la MMR pudiera causar autismo.
Además, Horton declaró oficialmente que el artículo tenía “conflictos de intereses fatales” porque el autor principal del estudio, Andrew Wakefield, tenía un grave conflicto de intereses que no había declarado a la revista. El 2 de febrero de 2010, The Lancet tuvo que retractarse completamente del artículo luego de que se descubriera que Wakefield había actuado de manera poco ética al realizar la investigación. Los seis editores y el editor en jefe fueron duramente criticados por haber negado fervientemente las acusaciones a través de los años antes de la famosa retractación.
La revista en la pandemia de coronavirus
La controversia más reciente ocurrió durante la pandemia. El 22 de mayo de 2020, The Lancet publicó un artículo titulado Hidroxicloroquina o cloroquina con o sin un macrólido para el tratamiento de COVID-19: un análisis de registro multinacional. Este estudio tuvo un impacto inmediato, y la OMS decidió detener todos los ensayos clínicos sobre hidroxicloroquina.
Sin embargo, el 26 de mayo de 2020, investigadores australianos encontraron un error: solo se habían registrado 67 muertes por COVID-19 en Australia hasta el 21 de abril, donde el estudio afirma 73. El 28 de mayo, unos 180 investigadores y médicos de varios países publicaron una carta abierta a Horton. Al día siguiente, The Lancet publicó una versión corregida que, según los autores, no cambiaba las conclusiones generales de ausencia de beneficio. Pero el 2 de junio de 2020, The Lancet publicó una “Expresión de preocupación” y comenzó una auditoría independiente encargada por los autores.
El 3 de junio de 2020, la OMS anunció que continuarían los ensayos clínicos de hidroxicloroquina o cloroquina. Al día siguiente, tres de los cuatro autores se retractaron del artículo y The Lancet publicó una retractación del estudio. Sin embargo, en julio, la OMS informó que suspendía los ensayos con hidroxicloroquina.