Pablo, es un joven santotomesino que adoptó un nuevo estilo de vida, viajar en moto. Su primera experiencia la realizó en 2012 cuando emprendió camino por las rutas argentinas en una Gilera de los años 70, que fue acondicionada para tal fin. A esta travesía la denominó “La vuelta de Argentina en Gilera” y le demandó tres años y cuatro meses. En 2018, estuvo 90 días viajando por Francia, España, Portugal, Andorra, cruzó a África, paseó por Marruecos, aventura que la realizó también en un vehículo de dos ruedas.
Hace un tiempo, Pablo compró una Honda C 90 - Econo Power -, la que fue restaurando de a poco. Se le colocaron alforjas laterales de cuero, un baúl trasero de madera y una toma de 12 volts. “No le hicimos mucho para el viaje, pero sí se la restauró completamente. Esta moto la compré ya bastante viejita”, expresó. Todo el proyecto de preparación y restauración se vio por su canal de YouTube Pablo Imhoff.
Una vez que acondicionó “la Econo”, Pablo contó a familiares, amigos y seguidores el nuevo desafió a emprender, #ProyectoAlaska. Esta nueva andanza tiene como misión recorrer entre 40 mil y 50 mil kilómetros. “Voy a recorrer todo el continente americano, partiendo desde Santo Tomé hacia el sur del país, para luego unir Ushuaia con Alaska”, reveló el joven aventurero. En línea recta son 35 mil kilómetros, pero la idea de Pablo es ir explorando distintos lugares y no usar la ruta Panamericana, que es la que suelen hacer otras personas. Este viaje puede durar aproximadamente tres años y medio.
“En mi primer viaje, los que estaban alrededor mío no creían o no tenían fe de que me iba a ir bien, hasta yo mismo por ahí tenía dudas, porque iba a cambiar mi vida rotundamente. Mandé mi telegrama de renuncia al laboratorio de Rosario donde trabajaba, rescindí el contrato de alquiler, o sea, deje todo atrás para empezar esta vida. Resultó todo bien, por suerte. Es mi estilo de vida”, nos cuenta Pablo.
Gentileza Pablo Imhoff
Foto: Gentileza Pablo Imhoff
Recorrido
Es importante aclarar que el desplazamiento se va haciendo por etapa, “como mucho recorro 300 kilómetros por día, porque al viajar en moto de baja cilindrada hace que el viaje sea un poco más lento y más cansador. Suelo estar tres, cuatro días o una semana parado en un lugar, laburando, editando videos. No es un viaje continuo, porque si no sería imposible”, sostiene. En cuanto al alojamiento, suele descansar en casas de sus seguidores, en carpa o en hoteles. “Me gusta vivir todo tipo de experiencia, no me centro, no hago una sola experiencia, voy viendo y explorando todo tipo de situaciones”, nos aclara.
Sobre lo que le deja cada lugar, cada viaje, Pablo se refirió a las historias que vive con la gente, a los amigos, a las relaciones humanas, además de los lugares en sí mismos. “Quedan las experiencias y los amigos que se van haciendo. Tengo amigos en todas partes del mundo, virtuales, porque muchos te empiezan a seguir y se convierten en amigos y después amigo que uno va conociendo”.
Para poder seguir el #ProyectoAlaska, Pablo cuenta con su canal de YouTube, en cual tiene 160 suscriptores, además, de Instagram y Facebook.