A partir del 1º de marzo de este año, los dueños de propiedades que estén en alquiler deberán registrar estos contratos en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Esta obligación ya se había establecido como uno de los puntos de la nueva Ley de Alquileres, vigente desde julio del año pasado, pero esta semana el organismo recaudador reglamentó el mecanismo para el registro.
A partir del mes próximo, los contratos de alquileres (locación o arrendamiento) deben ser registrados ante la AFIP dentro de los 15 días seguidos a su firma. Sin embargo, se estableció un plazo excepcional para los contratos celebrados entre el 1º de julio de 2020 y que continúen vigentes al 1º de marzo de 2021. En ese caso, podrán registrarse hasta el 15 de abril.
Esta obligación para los propietarios, ¿puede impactar nuevamente en los precios? Fuentes del sector aseguran que el aumento de los precios ya se dio desde el año pasado, como consecuencia de la nueva Ley de Alquileres ya vigente. Podría tener algún impacto, pero está más relacionado con la situación del mercado en general, que ya subió sus precios por encima de la inflación en 2020.
“Entendemos que va a tener un impacto porque se suma a otra cantidad de medidas sobre el sector. Todo lo que impacte en costos termina pasando a precios. Registrar los contratos es una obligación y promovemos el apego a las leyes. Desde 2010, los propietarios deben informar contratos de locación, pero quienes no lo tenían en cuenta en sus declaraciones de ganancias van a trasladar este impacto a los precios. En el marco de otras medidas, se retrae la oferta y aumenta la demanda. En breve, además, al momento que se termine la prórroga del congelamiento de los alquileres va a impactar en los precios”, aseguró Claudio Vodanovich, secretario de la Cámara Inmobiliaria Argentina.
Tenés que leerTodos los contratos de alquiler deberán presentarse en la AFIP a partir de marzoEn el sector coinciden en que el principal impacto en precios ya se dio en 2020. “Los efectos de la nueva Ley de Alquileres que aumentaron los costos y el riesgo de los propietarios ya están a la vista: retiro de propiedades ofertadas en alquiler, cobertura mediante un mayor precio y desaliento a la inversión de viviendas, con repercusiones en la actividad de la construcción y el empleo de ese sector. Lo que se reglamentó es algo que estaba contemplado en la nueva ley y esos son los efectos concretos que por ahora esa nueva legislación está provocando”, señaló José Rozados, director de la consultora Reporte Inmobiliario.
“Quien tiene una o mas propiedades que las vuelca al alquiler es un inversionista y en las inversiones el riesgo tiene un costo. Ante ese riesgo incrementado ahora por la nueva ley algunos huyen, salen del mercado de oferta locativa y lo vuelcan al de venta, y otros se protegen más. En este último caso, aumentan el precio y el scoring del nuevo inquilino”, agregó el especialista.
En los hechos, los propietarios ya estaban obligados a declarar sus inmuebles en alquiler y tributar ingresos brutos por esa renta. Sin embargo, el cambio es que ahora la AFIP creó un registro específico para estos contratos (Registro de Locaciones de Inmuebles, RELI) y que tanto inquilinos como inmobiliarias pueden registrarlos en el caso de que no lo haga el dueño de la propiedad.
“En realidad, el propietario desde antes ya tenía que pagar por esos alquileres; si encuadra en el monotributo, por ejemplo, pagaba monotributo e ingresos brutos en la jurisdicción que corresponda. Hay gente que no lo hace, pero eso es cada vez más complicado. Ahora, el que no tenía nada declarado, tiene que registrar el contrato e inscribirse en los impuestos que correspondan”, explicó Sebastián Domínguez, tributarista y socio de SDC Asesores Tributarios.
“Es un paso más para que regularicen la situación los que no declaraban los alquileres. Pero ya eran muy pocos, porque los inquilinos, en general, quieren deducir Ganancias y por eso intimaban a que los propietarios les entreguen facturas. Quizás no lo declara el que tiene un solo departamento chico en alquiler o un jubilado, pero ya no era lo más común”, agregó Domínguez.