Lunes 10.4.2023
/Última actualización 13:28
Tal y como declaró el decreto provincial 0227 publicado por el Poder Ejecutivo el 26 de febrero de 1999, la Estancia Colastiné es un monumento histórico provincial. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que por un tiempo, en el siglo XIX vivió el Brigadier Estanislao López.
Como explicó el informe que este lunes publicó El Litoral, la propiedad fue adquirida por el militar santafesino en la década de 1830. El lugar está ubicado en lo que hoy es la zona rural de Arocena y luce totalmente abandonado, como si hubiese sido derrotado por la naturaleza. De lo que alguna vez fue una vivienda, en la actualidad prevalece vegetación de todo tipo, destrucción y olvido.
El Litoral recorrió lo que ahora son las ruinas de la vieja casona. Crédito: Fernando Nicola. El lugar, escenario de históricos momentos de la provincia, está emplazado sólo a 70 kilómetros de la capital santafesina. Se puede llegar tanto por Autopista como por la Ruta Nacional 11. Al no efectuarse la expropiación, pese a una ley que obtuvo media sanción en la Legislatura, la propiedad es privada y no puede ser visitada por cualquiera.
Precisamente, ese documento que no obtuvo sanción definitiva, detalla a la vivienda de la siguiente manera: “La imagen que presenta la casa es la propia de las construcciones ‘italianizantes’ que caracterizan la producción arquitectónica del país y especialmente de la región litoral”.
Características
Según informes históricos, la construcción del edificio respondió a las necesidades de la época. Su fachada contaba con una puerta de rejas de escasa altura. Estaba sostenida por dos pilares que fueron levantados por alguno de los propietarios posteriores a Estanislao López, los que a su vez eran complementados con balaustres y macetones.
Su planta está dispuesta en forma de herradura, cuyas estructuras laterales presentan dos importantes entradas exactamente iguales, con la única diferencia de que la del lado oeste es rematada por un baño en el fondo.
Así lucía el lugar en 2006.La casa, que estaba basada en una estructura colonial muy marcada, también contaba con un patio central bien distintivo y una pérgola de hierro. Se trataba de una vivienda caracterizada por poseer anchos muros, construidos con ladrillos de adobe y revocados con un material que se desgrana fácilmente, al parecer por el gran porcentaje de arena que posee.
La casona, además, poseía con un sótano provisto de tres túneles, los que fueron diseñados para escapar por si la propiedad era atacada. Uno de ellos se dirige hacia el norte, otro al sureste, hacia el antiguo Camino Real, y el restante conduce hacia la costa.
Deterioro
Como lo muestra el informe de este diario, el abandono a lo largo de los años fue tal que la propiedad quedó reducida a ruinas. Las malezas, con incluso árboles que tapan y bloquean los accesos a la casona, se “apropiaron” de lo que una vez fue la estancia.
Pese a los esfuerzos de la comuna de Arocena y al intento de legisladores provinciales que en distintos momentos plantearon la necesidad de expropiar para proteger el lugar, el olvido ganó y este pedazo de historia queda, por el momento, en una nebulosa.
Ruinas. El lugar está abandonado y arruinado. Crédito: Fernando Nicola- 1821. Derrota de Pancho Ramírez, cuando intentaba atravesar Santa Fe para atacar Buenos Aires.
- 1842. Combate protagonizado por el general oriental Manuel Oribe y las fuerzas santafesinas que defendieron a la Provincia de una invasión ordenada por Juan Manuel de Rosas.
- 1851. Justo José de Urquiza, en su paso desde Entre Ríos a Buenos Aires, pernoctó junto a su ejército de 30 mil soldados, 55 mil caballos y centenares de piezas de artillería, tras su pronunciamiento contra Juan Manuel de Rosas. Aquella fue una de las concentraciones militares más grandes de la historia argentina.