Viernes 3.2.2023
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El mega proyecto de reconversión del ex Batallón 121 pretende recuperar un área de 30 hectáreas ubicado en el corazón de la zona sur de Rosario. Una vez concluido todo el trabajo, quedará un espacio en el que convivirán empresas de base tecnológica, la Universidad Nacional de Rosario (UNR), las escuelas primaria y secundaria, servicios, comercios, comisaría, el Museo del Deporte, un gran parque para uso colectivo, un espacio para la memoria y un área para viviendas para sectores medios.
Si bien el proyecto del Museo del Deporte se concretó junto con un importante avance en la denominada “zona i”, el espacio destinado a empresas tecnológicas, que ya tiene dos de sus tres naves en funcionamiento, no hay novedades con respecto al ambicioso plan de construir nuevos hogares. Se trata de una idea que transformaría el barrio, pero que se encuentra en el freezer, por ahora.
Según se expone en el proyecto integral, al que accedió El Litoral, figura la realización de un importante plan de viviendas para construir 1.300 hogares para sectores medios a través de un convenio público-privado. El proyecto urbanístico abarca, además, locales comerciales que se fusionarán con el parque Héroes de Malvinas.
También contempla un programa de 254 viviendas sociales para reubicar a familias del Cordón Ayacucho. Para ejecutarlo, el gobierno provincial pone el suelo a disposición de un privado que, en compensación, lo paga con las obras para desarrollar el proyecto.
La iniciativa se daría a través de un mecanismo inédito: se formaría un fideicomiso administrado por la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo. Uno de los socios de ese fideicomiso sería el Estado Provincial, que aportaría parte de la inversión a través del recurso suelo, con indicadores y usos urbanísticos aprobados por el Concejo Municipal.
La ejecución de las obras en el Cordón Ayacucho será la condición necesaria y previa que deberá cumplirse para poder comercializar las viviendas del complejo habitacional que se desarrolle en el predio del ex Batallón 121.
El masterplan contempla que se desarrollen 1.398 departamentos y 54 locales comerciales. Las viviendas tendrían entre uno y cuatro ambientes y se distribuirían en 29 edificios, desplazados en las ocho manzanas destinadas al uso residencial dentro del predio: se trata del sector delimitado por las calles Buenos Aires, Ibáñez, Ayacucho, Benito Juárez, Juan Manuel de Rosas y Esteban de Luca.
No sólo eso. La firma que se haga cargo del trabajo, deberá, también concretar la apertura de las arterias que conforman el área residencial: Benito Juárez (desde Ayacucho a Las Heras), Ibáñez (desde Ayacucho a Ing. Huergo), Bermúdez (desde Ibáñez a Esteban de Luca), Las Heras (desde Ibáñez a Esteban de Luca) y 3 calles internas más (desde Ibáñez a Benito Juárez).
La Provincia de santa Fe logró hacerse del predio que supo ocupar el ex Batallón 121 gracias a un convenio que se firmó en 2005 por el cual se le compraba el terreno al Ejército en cuotas. En 2011 se terminó de pagar y dos años después comenzaron las obras para refuncionalizar las 30 hectáreas.
El avance de la “Zona I”
Dentro del predio hay un sector específico que se denomina Zona “I”. Actualmente, hay dos naves inauguradas, de 4.800 metros cuadrados cada una, que están ocupadas al cien por ciento. En cada una hay 17 empresas de base tecnológica y científica operando.
Sin embargo, todavía resta construir una tercera y última nave para alojar firmas de orientación biotecnológica, según indica el proyecto integral. Cabe destacar que cada edificio tiene un valor simbólico y patrimonial, por eso se toman los recaudos necesarios para preservarlos y reciclarlos.
Pese a que asumió una nueva gestión de otro color político, el desafío de reconvertir el ex Batallón 121 sigue en pie y avanzando. De hecho, según señaló el director del Polo, Ignacio Sanseovich, “en nuestro primer año de gestión incrementamos cantidad de socios en cuanto a niveles de facturación planificados, bastante por encima de las expectativas”, lo cual demuestra que “nos movemos y hay interés”. Ahora se está en una “instancia de anteproyecto para llevar un informe técnico y un proyecto ejecutivo para el armado de lo que será la nave 3 —agregó—. Queremos refaccionar todo el espacio” pero para eso “necesitamos financiamiento público” y “lo estamos tramitando ante Nación”.
A grandes rasgos, según indicó el funcionario, “necestaríamos unos 10 millones de dólares”. El monto es elevado, porque el edificio estará equipado con “componentes de innovación de alta tecnología”, los cuales son muy costosos y en moneda extranjera.
Además “las instalaciones de infraestructuras para compañías biotecnológicas son muy diferentes a las que son necesarias para levantar una nave relacionada a firmas de desarrollos de software”, como son las otras dos naves que se encuentran trabajando con empresas muy variadas, entre las que se destacan algunas con sede en Rosario, otras de distintas provincias y varias de renombre como Bioceres, Terragene, Wiener Lab, Accenture, entre otras.
Sanseovich detalló que el objetivo en la tercera nave es que sea “un espacio común” para que “una empresa que tiene que pasar del mundo académico y que ya investigó lo que quiere realizar, no tenga que tener un costo de infraestructura y pueda utilizar el equipamiento de la nave, en un plazo de tres a cinco años, y que en ese tiempo se pueda afianzar e instalar con oficinas y laboratorios en otro lugar”.
Es una iniciativa que se viene desarrollando entre el gobierno provincial, la Municipalidad de Rosario y el Polo Tecnológico, que apunta a crear un espacio de vanguardia en lo que hace a la producción de tecnologías, actividades científicas y educativas, y generación de empleo joven de calidad tanto en la ciudad como en la región.