Un grupo de hombres armados miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) lanzó un ataque durante la noche de este domingo contra una prisión en Nangarhar, en el este de Afganistán, causando la muerte de al menos 20 personas y dejando 42 heridos, entre ellos civiles y detenidos, informaron este lunes las autoridades locales. En el recinto se encuentran numerosos talibanes y milicianos pertenecientes a las filas del EI.
Los choques continuaban la mañana de esta jornada en la cárcel, después de 14 horas de iniciado el ataque. De acuerdo con las primeras versiones, un atacante suicida detonó su automóvil cargado con explosivos en la entrada de la prisión, a lo cual siguió una ofensiva lanzada por un grupo indeterminado de combatientes, que se posicionaron tanto dentro del recinto como en edificios aledaños.
La acción comenzó en las horas finales de una tregua de tres días globalmente respetada entre talibanes y fuerzas afganas por la gran fiesta musulmana de Aid. En un comunicado publicado el domingo por la noche por su agencia de propaganda Amaq, el Estado Islámico reivindicó el ataque. Los yihadistas de este grupo no formaban parte de la tregua.
Decenas de familias residentes de los edificios cercanos a la cárcel han sido rescatadas por las fuerzas de seguridad. Sin embargo, es posible que otras varias familias sigan atrapadas. "Las fuerzas de seguridad se mueven lenta y cuidadosamente para despejar el edificio piso por piso, habitación por habitación, para proteger a los posibles civiles atrapados", explicó el portavoz del gobernador de Nangarhar, Attaullah Khogyanai.
Unos 700 prisioneros que habían logrado escaparse tras el ataque fueron recapturados, dijo Khogyanai. El establecimiento penitenciario tenía hasta el domingo más de 1.700 detenidos. Las autoridades, además, han reportado la muerte de cuatro yihadistas, entre ellos el terrorista que se suicidó en la explosión inicial y otros tres abatidos por las tropas afganas.
Decenas de familias residentes de los edificios cercanos a la cárcel han sido rescatadas por las fuerzas de seguridad. Sin embargo, es posible que otras varias familias sigan atrapadas. "Las fuerzas de seguridad se mueven lenta y cuidadosamente para despejar el edificio piso por piso, habitación por habitación, para proteger a los posibles civiles atrapados", explicó el portavoz del gobernador de Nangarhar, Attaullah Khogyanai.
Unos 700 prisioneros que habían logrado escaparse tras el ataque fueron recapturados, dijo Khogyanai. El establecimiento penitenciario tenía hasta el domingo más de 1.700 detenidos. Las autoridades, además, han reportado la muerte de cuatro yihadistas, entre ellos el terrorista que se suicidó en la explosión inicial y otros tres abatidos por las tropas afganas.