El Litoral / Télam
Por la rotura de una represa en Brumadinho (Brasil), se produjo una avalancha de lodo que terminó con la vida de, al menos 37 personas. Hay entre 250 y 300 personas desaparecidas.
El Litoral / Télam
Un total de 37 personas murieron tras la rotura de una represa en la localidad brasileña de Brumadinho, en el sureste de ese país, según el último recuento de los bomberos, quienes evacuaron habitantes de diversas comunidades vecinas ante el riesgo de colapso de un nuevo dique.
Las autoridades del estado de Minas Gerais habían informado anoche que los muertos ascendían a 40, aunque poco después corrigieron la cifra y la rebajaron a 34, aunque más tarde ascendió a 37, en medio de una divergencia de números entre las diferentes instituciones involucradas en la operación.
Además, los bomberos confirmaron que rescataron a 192 personas después de que la represa de una mina de la compañía Vale se rompiera el viernes y generara un río de lodo y residuos que sepultó varias comunidades rurales.
Las autoridades no informaron el número exacto de desaparecidos, pero de acuerdo con los últimos datos hay entre 250 y 300 personas que todavía no han sido localizadas desde que ocurrió el desastre, el cual se produce tan solo tres años después de que otro accidente similar causara 19 muertos también en el estado de Minas Gerais.
Las búsquedas fueron interrumpidas este domingo ante el riesgo de rotura de otro de los diques del complejo minero de Vale en Brumadinho, ciudad donde se encuentra el museo de cielo abierto de Inhotim.
Algunos pobladores de las comunidades de Corrego Feijao, Tejuco y Parque das Cachoeiras fueron evacuados y trasladados a puntos más elevados de la región ante la posibilidad de colapso de la represa B VI, la cual contiene entre tres y cuatro millones de metros cúbicos de agua.
"Fui al hospital a acompañar a un vecino que estaba sintiéndose mal del corazón y a la vuelta nos dijeron que no podíamos pasar, pero tenemos que recoger nuestras cosas, tenemos que recoger a nuestra niña que está con la abuela", dijo a la agencia Efe Marcos Vinicius Pinto, de 36 años, quien se encontraba parado en un puente y no conseguía llegar al otro lado, donde está su vivienda, porque las autoridades restringieron el acceso a la zona.