El Litoral
Un fuego de grandes proporciones, cuyas causas se desconocen, cubrió la mayor parte del edificio de más de 200 años de antigüedad.
El Litoral
Fue primero casa real, después residencia imperial y, por último, hogar de una de las mayores colecciones de historia natural de todo el mundo.
Pero desde este domingo, el Museo Nacional de Brasil es un palacio en llamas.
Un fuego de grandes proporciones, cuyas causas se desconocen, cubrió la mayor parte del edificio de más de 200 años de antigüedad.
La BBC reunió los datos de los cinco objetos que "no tienen precio" que se encontraban en el museo y que fueron devorados por las llamas. Se investigan las causas.
Los objetos:
El rostro de "la primer habitante de América"
Una pérdida que, sin dudas, será la mayor, es la reconstrucción del rostro de la "primer habitante de América", Luzia.
Un grupo de científicos franco-brasileños encabezados por la renombrada arqueóloga Annette Laming-Emperaire encontraron en 1975 en la cueva de la Lapa Vermelha en el estado de Minas Gerais, los restos de una mujer primitiva.
Las pruebas con radiocarbono de los huesos permitieron datarlos en al menos 11.400 años, lo que los convirtió en su momento en el esqueleto humano más antiguo de todo el continente y en los restos más antiguos de una mujer americana.
Las particularidades de su cráneo, diferente a todos los restos humanos encontrados hasta entonces en el continente, generaron nuevas teorías y cuestionamientos acerca del origen del hombre americano.
Se cree que tenía entre 20 y 25 años en el momento de morir y los arqueólogos la llamaron Luzia. Era una de las principales atracciones del museo.
Un gigantesco meteorito
El meteorito de Bendegó fue encontrado en 1784 en el estado de Bahía y pesa 5.260 kg.
Tiene más de dos metros de largo y más de uno de ancho y en el momento de su hallazgo, era el segundo meteorito más grande encontrado en el mundo.
Como es un objeto metálico y pesado tal vez sea una de las pocas piezas del museo que pase la prueba de las llamas.
Sin embargo, el diario Folha de São Paulo reportó que gran parte del edificio se había derrumbado, por lo que la localización de este objeto entre los escombros podría dificultarse.
La mayor colección de antigüedades egipcias
Con más de 700 piezas, la colección de arqueología egipcia del Museo Nacional estaba considerada la más grande de América Latina y la más antigua del continente.
La mayor parte de las piezas ingresó en el acervo del museo en 1826, cuando el comerciante Nicolau Fiengo trajo de Marsella una colección de antigüedades egipcias que perteneció al famoso explorador italiano Giovanni Battista Belzoni, responsable de excavar la Necrópolis de Tebas (actual Luxor) y el Templo de Karnak.
De los mayores acervos paleontológicos del continente
De acuerdo con sus catálogos, el Museo Nacional poseía uno de los más significativos acervos paleontológicos de América Latina para un total de 56.000 ejemplares y 18.900 registros, divididos en núcleos de paleobotánica, paleoinvertebrados y paleovertebrados.
Su colección se componía mayoritariamente por fósiles de plantas y animales, provenientes de Brasil y de otros países, además de reconstituciones, réplicas, modelos y moldes.
750 piezas de las civilizaciones griega, romana y etrusca
Una de las colecciones más valoradas del museo era la de arqueología clásica, integrada por 750 piezas de las civilizaciones griega, romana y etrusca.
Por su número y valor, estaba considerada la mayor en su género en América Latina.
Gran parte de ese acervo corresponde a la colección grecorromana de la emperatriz Teresa Cristina y de la colección de la reina Carolina Murat, hermana de Napoleón Bonaparte y esposa del rey de Nápoles, Joaquim Murat.