El Litoral
Los más de 600 inmigrantes a bordo del buque de rescate "Aquarius", que llevan más de dos días varados en alta mar entre Italia y Malta, finalmente serán desembarcados dentro de tres días en el puerto de Valencia, España, con la ayuda de dos naves de la marina italiana, informaron las organizaciones que gestionan la embarcación.
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Las ONG MSF y SOS Méditerranée, a las que pertenece el buque Aquarius, aceptaron la oferta del gobierno español del socialista Pedro Sánchez a pesar de que consideran que no era la mejor opción, puesto que prolonga innecesariamente el sufrimiento de los inmigrantes a bordo del barco -entre ellos 7 embarazadas y 123 menores no acompañados-, quienes fueron rescatados el sábado último en la costas de Libia.
La travesía hasta Valencia, en condiciones idóneas, durará al menos tres días y medio, y la situación a bordo del buque sigue siendo delicada, ya que hay personas enfermas y exhaustas, advierten desde las organizaciones humanitarias.
Uno de los principales problemas era la falta de alimentos y agua, aunque la situación se está resolviendo con el apoyo de la marina italiana.
"Aquarius. Estamos recibiendo suministros. La intención ahora es transferir a 500 personas a dos barcos italianos y, junto a los 129 refugiados restantes en el buque, navegar hasta Valencia para, los tres juntos, desembarcar allí", indicó Médicos Sin Fronteras (MSF) en su cuenta oficial de Twitter.
Según MSF, lo correcto es poner en primer lugar "la seguridad de las personas", de ahí que lo adecuado es desembarcar en el puerto más cercano y después trasladar a los inmigrantes a España u otro país para que puedan solicitar asilo.
El gobierno de España se ofreció a acoger al Aquaurius en el puerto de Valencia por "razones humanitarias" y asumiendo su responsabilidad en materia de derecho internacional, después de que el domingo último el ministro del Interior de Italia, el ultraderechista Matteo Salvini, impidiera el desembarco de estos inmigrantes en su país.
Salvini pidió a Malta que acogiera a los inmigrantes, pero el gobierno maltés también se negó a hacerlo argumentando que la responsabilidad era de Italia, puesto que la ley del mar estipula que los rescatados deben ir al puerto seguro más cercano.
El también vicepresidente de Italia y líder de la xenófoba Liga Norte celebró la decisión de España como una "victoria" de su gobierno, que levantó la voz en la UE, y destacó que la situación se resolvía por el "buen corazón" de España, pero que la política migratoria del bloque no podía depender de estos gestos extraordinarios.
"No es una cuestión de buenismo o generosidad, sino de responsabilidad internacional", aseguró hoy la ministra de Justicia de España, Dolores Delgado, en declaraciones a la radio Cadena Ser, al defender la decisión de Sánchez.
Delgado admitió que la situación europea "es complicada" y la solución a la crisis migratoria tiene que venir de todos los Estados, "de los que son frontera y de los que no".
La decisión de Sánchez de acoger a los inmigrantes del buque Aquarius supone un giro radical respecto a la política migratoria del ex presidente conservador Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP).
En ese sentido, el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, advirtió hoy que la inmigración es "un problema de la Unión Europea que deben resolver los Estados miembros en su conjunto", y que abrir las puertas de España puede ser un mensaje "muy peligroso".
Con información de Télam.