Tras un largo conflicto judicial, una niña de 11 años que había quedado embarazada tras ser violada logró abortar en Brasil, tras casi siete meses de gestación. Luego de la resolución del caso, que había generado una gran polémica en el país, el presidente Jair Bolsonaro criticó fuertemente la interrupción del embarazo.
La menor de edad finalmente consiguió abortar en un hospital público del país, después de semanas de incertidumbre generada a raíz de la negativa de la jueza a autorizar el procedimiento, que está amparado por ley para este tipo de casos. Incluso ejerció presión para que tuviera al bebé y lo diera en adopción.
Luego de hacerse eco de la noticia, el mandatario derechista manifestó su postura a través de una serie de publicaciones en su cuenta oficial de Twitter y calificó como "inadmisible" el aborto de la niña.
"Un bebé de SIETE MESES de embarazo. No se discute la forma en que fue generado o si está o no respaldado por la ley. ¡Es inadmisible hablar de quitarle la vida a este ser indefenso!", se quejó.
Y continuó: "Lo único cierto de la tragedia de la niña embarazada de 7 meses es que tanto ella como el bebé fueron víctimas, almas inocentes, vidas que no deben pagar por lo que no son culpables, sino ser protegidas del entorno en el que viven, de la del dolor del trauma y del acoso despiadado de los grupos pro-aborto".
Aunque reconoció que se trata de "un caso delicado", remarcó que "quitarle la vida a un inocente, además de violar el derecho fundamental de todo ser humano, no cura las heridas ni hace justicia a nadie", sino que, por el contrario, "el aborto solo agudiza esta tragedia".
Luego, dejó una foto de un bebé recién nacido y comparó: "A continuación se muestra una foto de un niño de 25 semanas. El bebé, que es la mayor víctima de esta tragedia, tenía 29 años".
"Si existe la posibilidad de preservar dos vidas INOCENTES, ¿por qué no defenderlas? La felicidad de uno depende de la muerte del otro. ¿Por qué es peor el que defiende las dos vidas que el que defiende sólo una? Esta dificultad es extraña para alguien que defiende fácilmente la vida de los bandidos", consideró en otro tuit.
Asimismo, destacó que siempre luchó "por penas más duras para los violadores, incluida la castración química", dado que observa "el sufrimiento de las víctimas y la cobardía de los violadores".
"Para nosotros, tanto el de 11 años como el de 7 meses son vidas que hay que preservar. Para ti y todos los que promovieron esta barbarie, solo una de estas vidas importa y la otra puede ser desechada en un basurero, aunque exista la posibilidad de evitarlo", cerró.
El caso salió a la luz esta semana después de que el portal The Intercept Brasil divulgará el contenido de la audiencia en la que la jueza Joana Ribeiro, con el apoyo de la fiscal regional Mirela Dutra, presionaran a la niña para que tuviera el bebé y lo diera en adopción.
"¿Soportarías un poquito más?", le preguntó Ribeiro a la niña, que entonces estaba con más de 20 semanas de gestación, en esa audiencia celebrada en mayo pasado, según recogió The Intercept Brasil.
La jueza alegó que dar luz verde a un aborto a esas alturas de gestación sería un "homicidio", a pesar de que la víctima tenía derecho al mismo, y además determinó el ingreso de la niña en un internado para evitar que lo hiciera.
El asunto acabó en manos de la Justicia después de que el citado hospital de Florianópolis se negara a interrumpir en un primer momento el embarazo de la menor porque contrariaba sus protocolos internos.
Sin embargo, el Ministerio Público Federal recomendó en la víspera al hospital que cumpliera con la ley e interrumpiera el embarazo de la menor, que estaba cerca de entrar en la semana 29 de gestación.